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Shinova: «En estos meses hemos echado de menos y hemos tenido la necesidad de decirlo» (2021)

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Fotografías: Alejandro García-Cantarero

Tras una serie de discos con los que Shinova han ido creciendo cualitativa y cuantitativamente de manera exponencial, el quinteto vasco acaba de publicar La buena suerte. Este disco es, probablemente, su mejor trabajo hasta la fecha, el que les llevará a dar el paso definitivo y con el que, irremediablemente, ya han conectado de manera más intensa con sus seguidores.

La banda formada por Gabriel, Erlantz, Dani, Ander y Froufe publicaron el primer adelanto del álbum hace casi un año y las circunstancias les obligaron a ir desgranándolo poco a poco, hasta llegar aquí. Por fin, La buena suerte al completo está en la calle, así que aprovechamos para juntarnos con un exultante Gabriel y charlar de todo lo que hay detrás de este fantástico disco que, a buen seguro, marcará un antes y un después en la carrera de Shinova.

Antes que nada quería darte mi más sincera enhorabuena por el disco que acabáis de publicar. No sé si estás de acuerdo conmigo pero creo que este trabajo es el que más va a conectar con la gente.

Está sucediendo ya, de una manera instantánea. Creo que la respuesta ha sido muy rápida. Fíjate que el primer single es de abril del año pasado y, como las circunstancias han sido y son las que son, hemos tenido que ir alargando todo y buscando un plan B. Pero aún así, en cuanto ha salido el disco ya como un todo, bajo el título de La buena suerte, la respuesta ha sido brutal. Incluso esas canciones que habían sido singles han tomado otro carácter dentro del propio álbum y, al menos por lo que nos está diciendo la gente, hay una conexión bastante fuerte.

Lo que sí llama la atención es que habéis ido sacando singles durante este tiempo, hasta un total de seis, publicando el último un par de días antes de que saliera el disco completo. ¿Esto responde a una estrategia que ya teníais planteada desde el principio o ha sido una manera de ir adaptándonos a las circunstancias de este último año?

En realidad la idea era sacar dos o tres singles. Los que teníamos clarísimo que iban a estar ahí eran Ídolos, que iba a ser el primero, y La sonrisa intacta que era el single que saldría junto al álbum. Todo lo del medio ha sido improvisación pura y dura, dentro de un calendario y una agenda que se han ido alterando según los acontecimientos. Cuando vimos que en tres meses no íbamos a poder estar en la carretera ni presentando el disco, optamos por esos singles como manera de seguir en contacto con la gente a través de las canciones. Al final es algo necesario porque no podemos estar ahí, no podemos saludarte, no podemos tocar en un escenario… pues te mandamos la canción y al menos que esa sea una manera de estar más cerca de ti.

Hemos notado una empatía muy bestia con nuestro sector en esta última temporada

Al final se basa un poco eso, en mantener el contacto durante casi un año, recibiendo el feedback de la gente y de los medios. Supongo que la expectativa sigue siendo alta pero, ¿se está más seguro o tranquilo cuando publicas un disco del que ya sabes que la mitad de las canciones han gustado mucho?

No. Y menos en estas condiciones, que no sabes lo que hay. Fíjate, unos días antes del lanzamiento hablamos con la compañía sobre los datos de cómo iba la cosa más o menos, y jamás con los discos anteriores ha ido tan bien como con este. Ahí ya respiramos un poco más tranquilos, pero no solo por el hecho de que se haya vendido mucho o poco, sino porque la gente necesita música y está ahí.

Ya no es solo gente detrás de la pantalla pidiéndonos que toquemos por Instagram, sino que realmente es verdad que la música está más viva que nunca, porque están comprando discos o agotando las entradas de los conciertos. Donde antes hacías un concierto, ahora tienes que hacer dos fechas y cuatro pases, y lo puedes hacer porque hay gente detrás comprando las entradas y haciendo que nosotros podamos seguir adelante. Quizás esa es la buena suerte real.

Es que el público está como vosotros, deseando ir a conciertos y ver a sus bandas favoritas de nuevo en condiciones lo más normales posible.

Pero es que además hay una empatía muy bestia en esta última temporada. Ahora estamos jodidos todos y todas porque las circunstancias no son fáciles y nadie ha vivido nada parecido a lo que estamos viviendo. Pero quizás por eso hay una empatía que nosotros, en nuestro sector, notamos de una manera muy instantánea. La gente es consciente de que nuestro sector está muy tocado y hace todo lo posible, con acciones reales, para hacernos ver que están ahí y que nos siguen apoyando. Hablo de nosotros porque lo vivimos en primera persona, pero estoy seguro que les pasa a todas las compañeras y compañeros que viven de esto de hacer canciones.

Desde mi punto de vista, salvo alguna excepción, estamos ante un álbum muy optimista. Me gustaría que me contaras de qué queríais que hablara este disco desde el principio, si ese optimismo ya venía de antes.

Cada disco recoge las experiencias previas a cuando uno empieza a desarrollar las canciones. Componemos en base a aquello que hemos vivido y que conocemos. Entonces, lo que hemos vivido en los dos años previos a empezar a componer La buena suerte han sido situaciones que quizás nunca hubiéramos esperado vivir y que han sido maravillosas. Han sido años increíbles, con gente increíble que nos hemos ido encontrando por el camino. Quizá esa parte más positiva o más luminosa es que todo lo que vivimos en esos dos años está concentrado en La buena suerte como tal y que, además, precisamente esos dos años fueron previos a lo que sucedió inmediatamente después con la pandemia.

Con este disco hemos tratado de eliminar líneas rojas y llegar a puntos que no conocíamos

A nivel musical, ¿hay algún lugar al que hayáis querido llegar a nivel musical y que no hubierais llegado con vuestros discos anteriores?, ¿alguna cuenta pendiente que tuviera Shinova y que hayáis resuelto?

Cuenta pendiente como tal, no. Al final, en cada disco, hemos hecho lo que creíamos conveniente y lo que sabíamos hacer en ese momento. En este disco hay un factor clave que tiene nombre de persona y que se llama a Manuel Colmenero. Bueno, no solo tiene tiene nombre de persona sino que además, es una persona excepcional (risas). Él nos supo leer muy bien desde el primer momento, tanto a nosotros como a las canciones que le llevábamos. Con una idea muy clara y buscando una línea artística coherente, una de las cosas que hicimos fue eliminar líneas rojas y llegar hacia puntos que quizá no sabíamos que podíamos llegar o que no conocíamos.

Te pongo un ejemplo: el folk. Hasta ahora, habíamos hecho algún acercamiento como en Doce meses, que tiene una guitarra muy folk pero que es sobre el aire, después no llega a incidir como tal. En este disco tenemos Torre de naipes e incluso Puedes apostar por mí, que es una canción folk llevada a otro punto. Ya no hacemos una canción y le damos un aire folk sino que ocurre lo contrario: nosotros somos Shinova, tenemos dos temas folk pero hemos decidido meterles una base electrónica o llevarlos por un lugar determinado porque nos apetece. Manuel sí que nos ha dirigido muy bien en cómo hacer todo esto.

O sea que la elección de Manuel como productor responde básicamente a eso, al hecho de eliminar líneas rojas.

Eso es. Después sí que es verdad que, si en algún momento hemos meado fuera del tiesto, él nos orientaba y nos decía que quizá no era coherente o no tenía ningún sentido porque no era el momento. También ha pasado eso, hay canciones que se han quedado en el banquillo, que ahora no era coherente sacarlas porque, siendo muy buenas, igual no encajaban con lo que buscábamos en este disco.

La mayoría de las canciones las teníais listas antes de la pandemia. ¿De qué manera salpicó esta situación a dichas canciones?, ¿cómo se vieron influidas?

Pues mira, estos días estamos contando la misma anécdota. Tenemos una canción que llevaba sonando desde enero del 2019, más o menos. Recuerdo que en agosto de ese año, en la furgo, oíamos ya las demos que teníamos. Esa canción, que era nuestra favorita en ese momento, se titulaba Gente en las terrazas. Si ahora lees línea por línea, te das cuenta de que la pandemia se ha cargado la canción, al menos ahora. Es que, si la hubiéramos sacado, todo el mundo iba a leerla en este contexto, y con razón. Así que dijimos: «Vale, este es un temazo, nos encanta, pero ahora tenemos que esconderla y tirar por otro lado». Por eso te digo que sí que nos ha pasado y esta situación ha alterado incluso un poco el repertorio del disco, porque no queríamos que canciones a las que tenemos mucho cariño se fueran por otro lado.

Después con otros temas ha pasado al revés, como con Ídolos. Había canciones quizás más oscuras en su idea inicial que, cuando llega la pandemia, la gente la pilla por el lado positivo y eso sí que ha sido muy bonito.

Con este disco hemos buscado ser más directos

En las canciones de La buena suerte hay un lenguaje con el que resulta fácil sentirse identificado y empatizar. Quizás las letras son un poco menos metafóricas y más directas que, por ejemplo, en Cartas de navegación, apelando más a los sentimientos. No sé si es cosa mía pero me da la sensación de que este tipo de canciones son las que muchos necesitamos en estos momentos. Canciones que hablen más de nosotros y nos conecten más con las emociones.

Puede ser. Yo creo que todas las canciones hablan de nosotros. Yo voy por la calle escuchando música y voy haciendo un videoclip que lo flipas (risas). A veces soy el protagonista de un videoclip de Rihanna, por ejemplo, pero todas las canciones hablan de mí. Yo creo que es es el poder de las canciones: que llegan en el momento que tienen que llegar, que se adaptan a tu vida y encima te entregan el mensaje que tú necesitas escuchar.

En cuanto a lo que decías de las letras, sí que es verdad que una de las cosas que hemos buscado es precisamente eso: ser más directos, también con las canciones. Fíjate, Puedes apostar por mí son tres minutos de tema y la maqueta eran 2:40, así que le añadimos un par de cosas. Pero sí que hemos buscado algo más instantáneo, intentando no perder la calidad mínima que una canción necesita para exponerla. Estoy hablando de que al final, reduciendo los tiempos, siendo más directo y no dando tantas vueltas a la hora de decir las cosas, estamos ante nuestro mejor disco. Sé que siempre se dice eso pero es que de verdad que lo pienso así.

El hecho de escribir de esta manera, ¿sí que fue premeditado?

Sí, totalmente. Además esto es algo que se habló con Manuel también. Una de las cosas más importantes que pasaron con Manuel o, al menos uno de los momentos que hicieron que empezara a girar la noria, fueron las conversaciones que tuvimos antes de coger cualquier tipo de instrumento o de empezar a componer. Nos juntábamos con Manuel en el estudio y empezábamos a hablar de música, de lo que queríamos, del tipo de letras, de arreglos, etc. Escuchamos muchísimas bandas, descubrimos con él muchísima música…

En esas conversaciones hablamos mucho de las letras, que había cosas muy positivas en la manera que tenía de escribir, sobre todo en Cartas de navegación, que es un disco más denso y que cuando escribí las canciones, emocionalmente yo venía de un punto más oscuro. Quizá me costaba decir más las cosas y por eso di tantos rodeos muchas veces. No me arrepiento porque muchas de las mejores canciones que hemos hecho nunca están en Cartas de navegación, pero sí que me costaba decir más las cosas. Dos años después, tanto a nivel personal como letrista, me da menos miedo ser directo y por eso tengo que dar menos rodeos, evidentemente sin descuidar lo bonito de la escritura.

Vuestro primer single llegó justo en el momento en el que la pandemia estalló, en pleno confinamiento. De hecho, todo el mundo pensó que estaba hecha para ese momento. Has dicho antes que teníais clarísimo que ese iba a ser vuestro primer single.

Sí, sí. Desde septiembre del 2019, que ya habíamos marcado que en abril saldría Ídolos.

¿En ese momento era la canción que mejor resumía lo que érais?

Fue una de las tres primeras que grabamos. Para diciembre de 2019 ya habíamos grabado Ídolos, Palabras y Mi vida sin mí. Siendo las tres canciones súper bonitas, veíamos que quizá la que tenía un perfil más single pop potente era Ídolos. Además ya lo habíamos tocado en el local y veíamos que era un cañón de tema.

‘Te debo una canción’ salió en poco tiempo, a lagrimón vivo

Te debo una canción es agradecimiento puro. Parece que no son muchas las canciones que hablan de esto y al final, dar las gracias es difícil pero enormemente necesario.

Puede que sea difícil pero creo que deberíamos decir muchas más veces «gracias». Para nosotros, desde luego esa canción es nuestra manera de dar las gracias a toda esa gente que está ahí y que, de un día para otro, empezamos a echar de menos como nunca antes nos había pasado. Eso lo hemos comentado unas cuantas veces, que hemos echado de menos y hemos tenido la necesidad de decirlo. Nuestra manera de agradecer, de decir te quiero, de decir te echo de menos, fue Te debo una canción. Surgió súper rápido.

Por tanto, esta canción sí que surgió en medio de la pandemia.

Exactamente. Fue la última canción que se escribió de La buena suerte y entró en el tiempo de descuento.

Primero «los mejores momentos están por llegar», después «gracias por tanto». No sé si erais conscientes de que estabais dando lo que mucha gente necesitaba en ese momento.

Me alegra muchísimo que me digas esto, de verdad. Desde luego, nosotros estábamos dando lo que necesitábamos soltar. Te debo una canción nace de la bola que teníamos en el pecho durante tantos meses. Yo recuerdo que Erlantz me mandó el boceto, automáticamente me puse a escribir la letra y salió en 20-25 minutos, a lagrimón vivo. Al grupo le encantó, se lo enseñamos a Manuel y empezamos toda la banda a desarrollar el tema. Tanto nosotros, como Manuel, como la compañía, veíamos clarísimo incluirla en el álbum.

En La sonrisa intacta hablas de liberación, anteponiendo esa sonrisa a los candados, las nubes negras o los fantasmas a los que haces mención.

Aunque musicalmente es muy rompedora, quizá podría representar el puente entre Cartas de navegación y La buena suerte. Lo bonito de la producción, si te fijas, es que empieza una guitarra minimal, con un riff muy identificativo pero muy simple, con una línea de voz y, dentro de la simpleza musical, la letra empieza de una manera muy cotidiana: «El autobús aceleró en el charco, le vi los ojos, fue mala fe». Es algo muy poco profundo pero, a medida que se empieza a complicar la canción y se empiezan a añadir elementos, la letra también empieza a ir desde fuera, desde esa descripción de lo que uno está viendo, hacia dentro. De repente, el camino ya no es por Lavapiés sino que es por dentro de uno mismo.

La verdad es que me encanta el resultado final de todo esto que trabajamos con Manuel porque encaja perfectamente y lo ves y piensas: «¿Eso lo hemos hecho nosotros?» (Risas).

La mayoría de los discos hablan de emociones, la diferencia está en cómo se expresan

Veo Puedes apostar por mí en una línea similar. Es una manera de tender la mano, dejando atrás lo malo para afrontar con positivismo lo que vaya a venir. Sin embargo, como te decía antes, aunque el tono general del álbum es bastante optimista, algunos temas como Ciudades en el mar o Mi vida sin mí tienen un halo de melancolía.

Me gusta mucho esto que estás diciendo. Pero fíjate, Mi vida sin mí, después de tantísimo tiempo desde que la hemos hecho, la escucho a veces y me da un significado diferente al inicial. Así como Ciudades en el mar tiene un punto nostálgico fuerte y Ovnis y estrellas es una representación de la tristeza directamente, Mi vida sin mí yo la veo como quien ve el naufragio ya desde la atalaya. Es como que veo el barco, sé que ha naufragado y soy consciente de por qué, pero yo ya estoy en tierra. Esa es la sensación que a mí me transmite ahora Mi vida sin mí, pero cuando escribí la letra no era así, en ese momento sí que tenía ese punto más nostálgico y así la concebí.

Al final, ¿es en el equilibrio donde está la verdadera cordura o lucidez?, ¿es una manera de conectar de verdad con la realidad?

Por supuesto. Si con todo lo que está pasando estás completamente feliz y dando saltos de alegría, es que quizás no estás bien. Y, por otro lado, si estás triste día tras día y la tristeza te consume, también es complicado y te vas a mover por un lado que no te va a llevar por buen camino. Al final, creo que la gran mayoría de los discos hablan de lo mismo: del amor, de la nostalgia, de la alegría… La diferencia está en cómo se expresa. Todos sentimos lo mismo o cosas muy parecidas, lo que cambia es la manera de contarlo, de expresarlo y también de recibirlo. Al final, las emociones están ahí siempre, solo cambian las historias.

Pero, en general, parece que resulta más fácil escribir cuando lo estás pasando mal. Al menos muchos autores así lo afirman.

Sí que es verdad, pero a mí no me pasa. Menos mal que teníamos mucho desarrollado en el confinamiento porque yo creo que es la etapa menos creativa, en cuanto a composición, que he tenido. Quitando Te debo una canción y un par de temas más que al final no llegaron a entrar, nunca he sido tan poco creativo como en aquellos días, y es porque estaba asustado. Es que yo pensaba que iba a morir, de verdad. Yo veía a toda la peña haciendo cosas en la redes y a mí no me salía nada de eso, estaba muy asustado. Lo que sí que nos sirvió es para trabajar en la producción de temas que ya estaban hechos, pero es que eso también es un proceso más cerebral, menos emocional. Yo escribo mucho mejor desde la alegría. Incluso los temas tristes los escribo mejor desde ahí.

Has comentado antes que estás seguro de que este es el mejor disco de la carrera de Shinova. ¿Tenéis la sensación de que no solo es el mejor sino que también es el más importante?

Ya lo es. Es cierto que también porque es el último. Cada vez que se consuma un trabajo y lo ves en la calle, es el más importante porque ha llegado hasta ahí. Si hablamos a nivel musical, también es el más importante por todo lo que hemos aprendido, por lo que dicen las canciones y también por la respuesta que estamos teniendo.

Sacamos el disco el mismo día que sacó el suyo C. Tangana, incluso nos planteamos cambiarlo pero al final pensamos que no iba a alterar nada. Nunca hemos sacado un disco y hemos estado en portada en todos los medios. Así que lo que hicimos fue seguir con el plan y sacarlo el mismo día. De verdad que la respuesta que estamos teniendo es mucho más directa y todo va mucho más rápido. Eso ya hace de este disco algo importantísimo y una alegría en tiempos no tan luminosos.

AUTOR

Javier Decimavilla
Javier Decimavilla
La música nos puede salvar la vida o al menos mejorarla. Bob Dylan, Neil Young, David Bowie, The Beatles o The Rolling Stones, entre otros, nos llevan enseñando el camino a la felicidad desde hace décadas.

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