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Sienna: “No soy capaz de subirme a un escenario y defender algo que no me creo” (2020)

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Fotografía: Alejandro García-Cantarero

Se llama Álex Ruiz, pero bajo el nombre de Sienna es como conoceremos a este valenciano que ya con Trágico y fugaz (2017) empezó a hacerse un pequeño hueco en el vastísimo panorama musical español. Tiempos de impacto es su segundo larga duración y el disco que, a buen seguro, le convertirá en una de las revelaciones de la temporada. Las diez canciones que encierra el álbum contienen todos los mimbres necesarios para que Sienna crezca de manera progresiva: temas profundos, reflexivos, intensos y aptos para disfrutar en directo.

La propuesta de Sienna es honesta y facturada a corazón abierto, sin tapujos, sin pretensiones ni imposturas. Tiempos de impacto contiene una enorme sinceridad y sus canciones son el claro reflejo de lo que su propio autor lleva dentro de sí. En ellas se desnuda hasta el límite y conecta con el oyente de manera directa. Con este álbum, Álex muestra una enorme capacidad para facturar hits en potencia y para remover por dentro, pero charlando con él nos damos cuenta de que en persona se muestra de la misma manera que en sus letras.  

Han pasado dos años desde que publicaste Trágico y fugaz y, para empezar, me gustaría que me contaras qué crees que ha cambiado en ti a nivel personal y en tu manera de ver y enfocar este proyecto desde entonces hasta ahora.

Todo ha cambiado porque yo mismo he cambiado bastante. Trágico y fugaz era una crítica a los prejuicios, a las ideas establecidas, a los estereotipos, a todas esas ideas que nos meten casi como disparos… y al final, Tiempos de impacto es la consecuencia de aquel disco. Ahora es como la resignación, el enfado… Abarca un espacio-tiempo bastante significativo en el que los impactos, al final, son como emociones, que van desde la frustración a la ansiedad, la depresión, la fragilidad, la sumisión… Todo eso son los impactos que han hecho que este disco cobre sentido y se congelen todas esas emociones en un trabajo.

Este Tiempos de impacto es un pasito más en tu trayectoria. A priori no hay grandes cambios entre tu disco anterior y este. Lo que me parece es que reafirmas tu propia manera de entender todo esto. Aunque sí que se descubren nuevos enfoques y me parece un álbum más variado. 

Sí. Como te decía, la resignación y el enfado se han visto traducidos ahora en cierta agresividad y también en cierta fragilidad en la instrumentación de los temas, con referencias más internacionales como Arctic Monkeys, Editors, The Smiths… Con todo eso, lo que he intentado es mantener la esencia de Trágico y fugaz pero yendo un pasito más allá y ahondando más en el discurso y en la marca de Sienna.

Ese pasito más y esa evolución, ¿vienen de una intención previa o simplemente surge de manera natural con las canciones?

El tiempo de vida de Trágico y fugaz no es que se haya acabado, pero evidentemente estás en otro momento de tu vida y este disco ha sido la consecuencia natural de todo eso.

Sienna

Me interesa mucho el punto de encuentro de un individuo con la sociedad

A nivel general, sin necesidad de profundizar demasiado por ahora, ¿qué es lo que pretendes transmitir con estas canciones?, ¿por qué tienes la necesidad de compartirlas?

La verdad es que no he pretendido absolutamente nada con el disco. Te lo digo sinceramente. Simplemente he contado las experiencias que he tenido a nivel personal. Sí que es verdad que cuando escuché el disco entero en mi casa dije «hostia, quizás me he abierto demasiado y puede que haya mucha vulnerabilidad aquí». Ahora bien, cuando lo escucha la gente (o al menos es lo que me están transmitiendo), me dicen: «me identifico mucho porque me olvidado de esa conciencia colectiva, de que esta canción la has hecho para el mundo, y la hago mía». Eso es muy bonito porque no ven a la persona que hay detrás y solo ven un concepto o un discurso que les está llegando. Al final creo que eso es lo importante.

Hablando ya de Tiempos de impacto. Me parece muy interesante la lectura que se hace del disco en tu nota de prensa, hablando de las heridas que dejan los impactos que vamos recibiendo a lo largo de nuestra vida. Explícame todo este concepto que hay aquí dentro (señalando el CD).

La nota de prensa la escribí yo mismo, en un intento de explicar un poco el porqué del nombre del disco y el porqué de lo que había detrás. En esta trayectoria ha habido muchos impactos en mí y muchos de ellos han ido dejando poso durante años. Este ha sido el momento de sacarlo y de escribir sobre ello.

Soy una persona a la que le interesa mucho el punto de encuentro de un individuo en la sociedad: cómo le influye el entorno, cómo influye su propia mente y la manera de actuar, de moverse o de relacionarse… Todo eso me parece tan interesante y lo sufro tanto en mis carnes, que tengo la necesidad de hablar de eso. Sí que hay canciones que alguien que no ahonde en ellas puede decir que hablan de amor o desamor, pero si te das cuenta hablan de otras cosas. Por ejemplo, Solo te noto a ti habla de un concepto de sumisión. Al final creo que todas las canciones hablan de conceptos más globales que se van relacionando entre sí.

Según cuentas ha habido 14 impactos pero solo 10 de ellos se materializaron en este disco. ¿Hablamos de momentos concretos de tu vida?, ¿se trata de historias independientes o forman parte de una misma? 

Forman parte de una misma historia porque ya desde Trágico y fugaz había algunos atisbos de ese tipo de discurso y, como te decía antes, Tiempos de impacto es la consecuencia de ello. En el anterior disco había mucha gente que me decía que el título era muy pesimista y en verdad lo pienso, creo que un poco sí que lo es, pero la intención era otra. En realidad, cuando yo hablaba de Trágico y fugaz me refería a que lo trágico (y lo menos trágico) tenía muy poquito tiempo de vida, y por eso es fugaz. Era una manera de vivir el presente y no quedarte tanto en el pasado o en el futuro. Si te das cuenta, en Tiempos de impacto el pesimismo ha pasado a algo mucho más agresivo: al impacto en sí mismo y no tanto el hecho de quedarte criticando algo sin hacer nada. Quizás en el otro disco había más protesta pero de una manera más pasiva, aquí es todo mucho más directo y hay cierta resignación. Esto ocurre en Anestesiados, por ejemplo.

Sienna

Me interesa mucho cómo la mente afecta a las emociones

Me doy cuenta de que en la propia portada aparecen números del 1 al 14. Supongo que tiene que ver con esto que comentamos de los 14 impactos. 

En realidad tenía más canciones, pero las 14 de las que hablamos son las que llevé al estudio y, al final, se quedaron los 10 impactos que yo consideré más importantes para este disco.

Háblame de la portada del disco. Sin duda habla mucho de unas canciones que están hechas, al menos en mi opinión, a corazón abierto.

Lo que aparece en la portada es un corazón-cerebro. Es cierto que, a nivel simbólico, es un corazón pero me flipa la mente y cómo esta afecta a las emociones. Y luego hay un hilo que lo recorre. En el disco hay letras que dicen cosas como: «Te has dormido en el hilo más fino. Despierta ya, vas a caer al abismo»… Al final, es todo una maraña de movidas mentales que recorren el corazón y hacen que todo se agite.

¿Cómo surge esta idea?

Surge con mi diseñador gráfico, que se llama a Jordi. Lo primero que salió fue el hilo y esa iba a ser la portada, porque yo me agarraba mucho a ese concepto de la maraña emocional. Pero ya con las canciones y el título del disco sobre la mesa, surge la idea del corazón. Yo quería que cada canción fuera contundente y no hay nada más contundente que un impacto, que es seco, es «pum» (golpea una mano contra otra).

En este disco muestras una enorme capacidad para crear hits y para remover por dentro. Al final es una de las cosas que más valoro de este trabajo, que hay canciones que te hacen bailar sin parar y otras que te agarran por dentro para no soltarte.

Lo que he buscado con este disco es la honestidad de crear algo que tenga verdad. Yo no soy capaz de subirme un escenario y defender algo que no me creo. Incluso las canciones que puedan ser más comerciales tienen un discurso sólido, como «qué puta sociedad de mierda» o «como bien decía mi madre, eres tú el que se provoca todos los males»

Sienna
Sienna

Para mí es esencial volver al momento en el que compuse cada canción, así evito la automatización de los temas

¿Te ha costado desnudarte de esta manera?

La verdad es que no me cuesta. A mí de pequeño me volvía loco la escritura y siempre estaba escribiendo. Yo necesito coger un papel y volcar o vomitar todo en él. Al final, quedan las canciones, porque es una buena forma de dejar las cosas en el papel y no tenerlo tanto en la cabeza. Además, lo que yo busco siempre en el directo es volver al momento en el que compuse la canción, para evitar la automatización de los temas. Para mí es esencial volver a ese momento y seguir buscándolo. A veces parece contraproducente porque, de tanto buscar, parece que te remueves más y estás todo el día arañando eso que te hacía daño. Pero también esto es una forma de liberarlo y de seguir cantándolo en los conciertos, creyéndomelo y consiguiendo que haya retroalimentación con la gente que viene a verme.

Me ha sorprendido muchísimo la sinceridad y la emoción que se desprende de canciones como La cabeza y el jucio o El destello. ¿No te puede esa emoción cuando interpretas este tipo de canciones?

Me pasó mucho con La cabeza y el juicio, que no podía grabarla en el estudio, me resultaba imposible. En los ensayos también me ha pasado alguna vez y tengo miedo de que me pase en el directo porque va a ser todo muy emocionante, así que espero poder controlarlo (risas). Es que precisamente esa canción es de las más especiales del disco. Evidentemente no es la más comercial y yo quería sacarla como segundo single, aunque todo el mundo me decía que no. Pero es lo que sentía, así que la saqué.

Lo que sí me parece es que avanzas un poco más en el plano interpretativo. He descubierto nuevos matices en tu voz que ya de por sí abarcaba muchos registros. 

Sí, hay también una evolución en esto. Con los años adquieres otras habilidades, conoces más tus limitaciones y sabes más lo que quieres.

¿Trabajas para ganar nuevos registros y llegar a rincones a los que antes no llegabas?

Yo trabajo para ganar en honestidad. Jamás pienso en hacer algo para poder lucirme o porque quede mejor, me pongo siempre al servicio de la canción, sin ese egocentrismo de querer hacer cosas concretas con mi voz. Yo simplemente hago lo que la canción necesite.

Cuando de repente llegan propuestas tan honestas y profundas como la tuya, me surge curiosidad por meterme un poco en la cabeza de la persona que crea estas letras y canciones. ¿Me puedes contar cómo es tu proceso compositivo y creativo?

Es bastante inestable. Hay veces que primero lo escribo todo y luego hago la música; y otras veces sale todo de golpe como pasó con La cabeza y el juicio

Pero cuando te sientas a escribir, ¿buscas dentro de ti o esperas que lleguen las musas a visitarte?

Yo escribo cuando lo necesito, cuando necesito volcar lo que me pasa o coger la guitarra. Lo que más me gusta de la carrera es estar en mi habitación solo y componer. Ahora me pasa algo que me da hasta miedo y es que, desde que grabé esto, no he vuelto a componer. Lo terminé en noviembre y nunca he estado tanto tiempo sin componer nada, es como si me hubiera quedado vacío. También es cierto que ahora estoy con el disco, la gira y demás, pero tengo miedo de decir «hostia, quizá era esto todo lo que tenía que sacar». Espero que no… (risas). Al final, cuando uno vomita de esta manera necesita estar sin comer durante un tiempo.

Sienna

Con este disco tengo la sensación de haberme quedado vacío

En Trágico y fugaz incluiste una versión del Sit Down de James para cerrar el álbum. La experiencia de cantar en inglés y versionar algún tema no ha tenido continuidad en este álbum. ¿Fue algo anecdótico y puntual o es algo que seguirás haciendo en un futuro?

Fue algo anecdótico porque esa canción me ha acompañado durante algún tiempo y James me molaba mogollón. En este disco preferí darle espacio a una canción original que a una versión. Me parecía más interesante contar algo nuevo que contar algo que ya estaba contado.

Una presa que atacar es la canción que abre el álbum y parece casi una declaración de intenciones. Empiezas hablando de tus propios miedos, de la sociedad, de lo que te ofende y cabrea… Ya desde el primer tema se percibe que hay mucha sinceridad en este disco. ¿Es una manera de decir casi todo al principio, presentándote y poniendo toda la carne en el asador?

Sin duda, es la canción que engloba mejor todo lo que es este disco. La elegimos como single porque abarcaba todo: tenía un estribillo rompedor, muchísimas referencias internacionales como Kings of Leon, tenía mi propia esencia, esa parte introductoria casi hipnótica… Para mí era la canción que reunía mejor todo lo que el disco escondía detrás.

¿Cuál fue la primera canción que tuviste de estas diez?

La ley de la atracción la tenía a medio hacer, de la época de El simulacro, pero creo que la primera fue Multitudes. Creo que además Multitudes es de las mejores letras del disco, aunque es otra perspectiva sonora que se sale un poco del leitmotiv del disco.

De La cabeza y el juicio ya hemos hablado un poco antes. Cuando escribes este tipo de canciones tan desgarradoras, ¿esperas que la persona a la que va dirigida o en quien está inspirada la reciba?

Sí que hay algún tema y uno en especial que está muy personificado y sí, si lo hago es para que lo escuche, aunque no sea la intención principal.

Ocurre en este disco que hay canciones como la anterior cuya letra y música emocionan de la misma manera, casi duelen. En cambio hay otras como Al pulmón y los huesos cuya letra también es, en cierto modo, dolorosa pero la música va por otro lado. ¿Te gusta jugar con esa dualidad?

Es que eso pasa mucho, que en las canciones que son un poco más happy parece que la letra no pesa tanto. Yo siempre busco una simbiosis entre letra y música pero a veces en canciones como esas, donde el estribillo dice «nunca fueron buenas las guerras internas, duraron cien años…», lo cuento desde una perspectiva y desde una instrumentación un poco más alegre. Yo creo que ese contraste a veces te da cierto aire, respiras un poquito más y así no recibes todo el rato puñales. 

Por otro lado La ley de la atracción me parece que suena a redención, de quedarse a gusto con uno mismo. Dices: «que sepas que no voy a volver».

Con esa frase no haría falta nada más (risas). 

Cuando te sientas a componer, ¿sientes esa liberación que se percibe en una canción como esta?

Cuando escuché el disco me pasó. Es como si tuviera un vaso y hubiera volcado toda el agua que tenía dentro. Pero creo que aún queda un poquito más y por eso seguiré componiendo aunque, como te decía antes, después de esto me he quedado bastante vacío, por ahora.

Al final es un poco como ir al psicólogo

Total. Además ha sido un año de muchos cambios: de saber redireccionar mi carrera, de saber rodearme bien de mi equipo, de que no me quieran llevar por un camino cuando en realidad yo quiero otro… Al final ha sido una forma de recomponer todo y una declaración de intenciones, cuyo resultado es Tiempos de impacto.

Sienna

En la actualidad nos creemos más libres de lo que en realidad somos

Has nombrado antes Multitudes. Me gusta mucho ese enfoque que haces del hecho de sentirse influenciado por los demás. ¿Ves que en la actualidad nos dejamos influir demasiado por lo que nos rodea?, ¿Cómo percibes tú todo eso?

Creo que estamos viviendo en una época de inmediatez total y también de desinformación. Es en estos momentos en los que las influencias malas, como dice la canción, «solo destruyen de forma sutil». Es como que te van carcomiendo y amedrentando poquito a poco y esas influencias, si no lo sabes manejar bien, se van adueñando de tu mente, hasta que parece que pierdes el rumbo. Esta canción para mí era como hablar de toda esas multitudes que te rodean y que no paran de hablar, cuando a veces es necesario escuchar y no decir tanto.

Al hilo de esto. De los impactos que recibimos cada día ¿cuánto tiene de culpa la sociedad y cuánto nosotros mismos?

Yo creo que se retroalimentan las dos partes: la sociedad influye en ti, pero tú también influyes en la sociedad. Nosotros formamos parte de las masas que hacen ciertas cosas, pero también tenemos nuestra propia individualidad que decide hacerlas o no. Es todo cíclico, pero lo que está claro es que nos creemos más libres de lo que en realidad somos.

Parece que vivamos la época de mayor libertad y quizás sea la de mayor control.

Estoy totalmente de acuerdo con eso que dices.

Después de la trayectoria de tu anterior álbum, del recibimiento que han tenido los adelantos de este y de los primeros días con Tiempos de impacto en la calle, ¿crees que estás en un momento clave?, ¿cómo lo percibes?

No sé si en un momento clave pero sí que es un momento de máxima responsabilidad. Cuando saqué El simulacro, me acuerdo que fue en el 2018, que teloneé a Vetusta Morla, hicimos lleno en Madrid, saqué esa canción y estaba en un momento propicio para aprovecharlo, pero creo que no era el adecuado porque estaba trabajando con personas que no me hacían ningún bien. Ahí fue cuando decidí poner punto y final, rescindir contratos, olvidarme de todo y seguir haciendo música por mi cuenta. Hice mi propia empresa y en ese momento sí que era un punto clave, pero decidí no aprovecharlo.

Ahora creo que es un buen momento porque este disco lo que ha hecho es solidificar un poco la banda y el proyecto, hacerlo todo un poco más estable, más sólido y contundente. Creo que es el momento de máxima responsabilidad en los directos, creo que es el momento de ofrecer un audiovisual mejor, el momento de hacer mejores entrevistas, el momento de tocar las puertas correctas y de saber hacer las cosas, etc. Y lo importante no es el qué, sino el cómo lo hagas.

¿Cómo te llega que está recibiendo la gente todo eso?

Noto más fidelización con la gente que me seguía de antes y también con los que me han empezado a seguir ahora. Parece que una vez que escuchan el disco o vienen al directo, se quedan.

AUTOR

Javier Decimavilla
Javier Decimavilla
La música nos puede salvar la vida o al menos mejorarla. Bob Dylan, Neil Young, David Bowie, The Beatles o The Rolling Stones, entre otros, nos llevan enseñando el camino a la felicidad desde hace décadas.

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