Si hay algo que se dice de los cracks del fútbol es que son únicos. Así son también Detergente Líquido.
Con los gaditanos en juego, como ocurre también con los genios del balompié, uno acaba rendido a sus encantos. Se empieza interesándote por su nombre, tan cotidiano como llamativo. Luego acabas enredado por los títulos de sus canciones: pocas bandas pueden presumir de un repertorio que incluye nombres como Todo es tan fantástico como el cartel de una farmacia, El que piensa en irse, es que ya no está, Poesía eres tú, Robocop, Perraguarra o En todos los polígonos hay un ba. Más tarde te das cuenta de que, tras toda esa fachada tontipop hay tal caudal de sabiduría, costumbrismo y empatía emocional, que conviertes cada estrofa y cada estribillo en himnos de tu día a día. Y de tus noches: porque cómo se clavan esas melodías, demonios.
Lo dicho: menudos cracks. Y como Ronaldos y Messis de turno, que no Zidanes y Pavones, a Detergente Líquido les salen fans no solo en nuestra liga independiente. También siguen con atención su evolución desde otros mercados. En EEUU, Centroeuropa o Japón ya ha sonado con asiduidad su nombre, y en el país del sol naciente hasta les han editado un disco. A este paso hasta les veremos en cromos.
Precisamente Detergente Líquido eran noticia hace unos meses por su fichaje al otro lado del Atlántico: el sello mexicano Casete, hogar de artistas como Julieta Venegas, Sol Pereyra, Sonido Gallo Negro y Red Jesus, entre otras luminarias latinas, publicará el próximo trabajo de los de Cádiz. Contumacia en Primavera, que así se llamará este cuarto LP de la banda tras tres entregas previas a cada cual más atractiva: Ponte en lo peor, llámame el lunes (2015), Mirad lo que me habéis hecho hacer. Por favor (2017), y Con miedo al amor por las personas sin tiempo (2018). En apenas cuatro temporadas, ya se los rifan fuera.
Este nuevo larga duración promete corroborar el imparable crecimiento de un talento en constante ebullición, una banda llamada a jugar en breve en las grandes ligas. «Corre, Kosecki», su primer adelanto, resume lo mejor de Detergente Líquido —esas regates y dribles en las letras, esas melodías por toda la escuadra— y añade una nueva equipación sonora, tan elástica como resistente y que se ajusta como un guante de portero checo, gracias a la producción de Juan Antonio Mateos, mister en Grabaciones Sumergidas.
No es la primera ocasión en la que Detergente Líquido deja patente su filia balompédica. «Ya hace algunos años publicamos una canción que se llama ‘Gennaro Gattuso’ por el mítico futbolista italiano y se pueden encontrar otras referencias futbolísticas en nuestros videoclips«, admiten los gaditanos. «Incluso hemos tocado en varios conciertos llevando alguna camiseta de fútbol… Y este año tuvimos la suerte de que uno de nuestros temas sonara en el Estadio Ramón de Carranza mientras el Cádiz C.F. hacía el calentamiento«.
Claro que el deporte rey, como tal, ni se mienta en Corre, Kosecki, que —como toda buena canción pop— habla de otro campo donde batirse: el del amor. «Los títulos de nuestras canciones, más que señalar a los protagonistas de las mismas, intentan evocar las sensaciones sobre las que hablan nuestras canciones«, reconocen Detergente Líquido. «El caso de Koseckies el de un futbolista polaco muy hábil y rápido, que jugó en el Osasuna y luego en el Atlético en tiempos de Jesús Gil, y que no tuvo la suerte de aprovechar la oportunidad de triunfar en un equipo importante. Posteriormente estuvo envuelto en temas de prostitución… y en política. Y de eso habla nuestra canción. No de fútbol ni de prostitución ni de política, sino de aceptar las ocasiones perdidas y de intentar sobrevivir a ello como se pueda«.
Ya se sabe: en el fútbol y en la música, como en la vida, algunos partidos se ganan en el descuento. Menos mal que hay cracks, como Detergente Líquido, que nos lo recuerdan de vez en cuando.
Detergente Líquido tocan este sábado 12 de junio en el Café La Palma de Madrid. El segundo pase (22:00 horas) lleva días agotado. Sólo quedan unas pocas entradas para el primero, a las 19:00 horas.
