InicioEntrevistasLa Juventud: “Nos gusta que la gente piense que detrás de las...

La Juventud: “Nos gusta que la gente piense que detrás de las canciones hay más de lo que realmente hay” (2020)

-

Fotografía: Patricia Martín

Arrancaron su carrera bajo el nombre de Red Gurd, con letras cantadas en inglés y un sonido más garagero y sucio, pero en poco tiempo el proyecto cambió de denominación y de concepto general. Siendo ya La Juventud, se pasaron al castellano y a un estilo algo más accesible para el público general, pero sin perder un ápice de personalidad y de la propia esencia de la banda. Así, presentan este mismo viernes su primer y homónimo larga duración, grabado en los estudios Metropol de Madrid, bajo la producción de Sergio Jiménez.

Charlamos con los cinco componentes de La Juventud y descubrimos lo que se encierra en su debut discográfico. Manuel Romero (voz y guitarra), Álvaro Lucas (guitarra), Javier Montero (bajo), José Ángel Muñoz (teclados) y Efrén Hernández (batería) nos descubren once canciones que hablan con cierta melancolía del paso del tiempo y de temas más universales de lo que a priori puedan parecer sus irónicas y directas letras. Música para sudar en directo y para, como ellos mismos dicen, «que golpeen el pecho de quien los escucha».

Para romper el hielo, me gustaría que vosotros mismos os presentaseis. Habladme del origen de Red Gurd, de La Juventud y de cómo habéis llegado hasta aquí.

Manuel: Red Gurd era el nombre del grupo de novatos que teníamos en el Colegio Mayor Fernando de los Ríos, que es donde nos conocimos todos. Empezamos Monty y yo, que somos los más veteranos, éramos los que hacíamos novatadas a los demás (risas). Yo había tocado la guitarra acústica en Málaga, haciendo versiones, lo típico… Así que empezamos a tocar y a bajar a una sala de música que había en el colegio, pero de manera muy amateur. 

Cuando yo terminé la carrera me dije a mí mismo: «O monto un grupo ahora o ya no lo voy a hacer jamás». De ahí sale Red Gurd, sacamos un single, después otro, empezamos a tocar y fue bastante bien. Ha sido un año y pico haciendo temas en inglés y nos ha ido mucho mejor de lo que nos merecemos, aunque tampoco somos nadie, pero hemos tenido mucha suerte. Todo culminó en el Mad Cool del año pasado en la que fue una de las mejores experiencias que hemos tenido hasta ahora como grupo.

A raíz de conocer a Sergio Jiménez, que es el productor de Metropol y que se ha involucrado en el proyecto al 100%, decidimos hacer canciones en español. ¿Por qué? Pues porque estamos en España y la gente, por mucho que ponga C1 en el curriculum, no tiene ni papa de inglés y no te va a entender cuando cantas. Vimos cómo conectaba a la gente con nosotros cuando cantábamos en español y decidimos hacer ese cambio de idioma. 

Finalmente, teníamos el problema del nombre. Yo no sé a qué te suena a ti Red Gurd pero a mí me suena a Red Bull (risas). A mí me parece que el nombre se quedó un poco rancio. Hay 20.000 bandas con nombre inglés, que hacen garage cantando en inglés, así que decidimos que La Juventud podría ser una buena opción.

La Juventud

Es más fácil esconderse cantando en inglés que en castellano

Aprovechando que has hecho mención a ello y, aunque lo tenía pensado para más adelante, el cambio de idioma, ¿responde más, como tú has dicho, a una estrategia para ser más accesible a oídos del público o a una necesidad de expresaros en vuestro idioma?

Manuel: Hasta ahora, la proyección que hemos tenido nosotros ha sido tocar en directo y, cuando dimos nuestro concierto en la Wurlitzer hace un año y pico, quisimos meter dos temas en español. Tío, ¡la gente cantaba los temas al segundo estribillo! Eso es algo que no nos había pasado nunca. Si tocas en escenarios gigantes esto a lo mejor te da un poco igual, pero si estás tocando en salas, como nosotros ahora, si la gente está metida contigo, el feedback es mucho mayor. A lo mejor no es correcto lo que digo, pero creo que siendo español, en la mayoría de los casos es incluso más honesto cantar en ese idioma.

Es que yo creo que es mucho más fácil esconderse en inglés, que puedes cantar «Hey baby, I love you. Hey baby, Oh yeah» y, si eres bueno, te va a sonar de puta madre. Pero aquí en España dices «Oh, sí. Oh nena, te quiero» y eres un mierda (risas). Al final es un reto mayor porque lo que dices tiene que significar algo, ya no vale cualquier rima molona de grupo de rock. Además yo creo que la gente se identifica más con las canciones y lo bonito es que alguien se ponga un tema, le dé vueltas y piense «joder, esto me ha pasado a mí». Esto en inglés era más difícil.

¿Por qué creéis que tantas bandas y artistas toman este camino? Parece que al final, casi el 100% de los que empiezan en ese idioma se pasan al castellano tarde o temprano.

Monty: Esto, en realidad, tiene que ver mucho con la composición de los temas. Al final, si te sale una letra en inglés con bastante facilidad y tiene cierto sentido, lo puedes llevar a cabo. En este caso, a Manuel, que es el autor de todas las letras del disco, no le salían tanto las letras en castellano al principio. Pero llega un momento en que es algo así como desnudarte, ya que estás plasmando de verdad cosas en tu propio idioma, con las que te puedes sentir mucho más identificado. En inglés puedes tirar más de los recursos de toda la música anglosajona que has escuchado, pero en castellano yo diría que es un proceso más intenso porque al final estás plasmando cosas mucho más personales. 

Yo creo que todos los grupos que se han pasado del inglés al castellano han debido sentir más o menos lo que sentíamos nosotros. Cuando Manuel trajo las primeras canciones en español, nosotros estábamos mucho más metidos en el tema porque lo sentíamos y nos emocionábamos más con la letra. Luego, instrumentalmente puede ser más o menos lo mismo, pero por lo menos tienes algo detrás que sustenta todas esas emociones de una forma más nativa,  por hacer el símil con el lenguaje. Yo creo que al final es eso, que sientes que las canciones son más tuyas.

Antes Manuel ha contado un poco cómo ha sido ese año y medio desde que formasteis la banda. Os ha ido bien en líneas generales, poco a poco se os ha empezado a conocer, fuisteis al Mad Cool… Pero los inicios de carrera no siempre son fáciles. ¿El hecho de ser una banda formada en Madrid es una ventaja o un inconveniente? 

Efrén: El hecho de vivir en Madrid, en muchos aspectos, es una ventaja. Yo por ejemplo soy de Gran Canaria, allí no hay tantas salas y yo siempre suelo decir que en Madrid, en cada esquina, hay una sala de música en directo. Eso te facilita mucho el empezar a rodarte como banda, el poder tocar en muchos sitios y hacer conciertos cada poco tiempo. Pero a su vez también tiene la problemática de que en Madrid das una patada a una piedra y hay millones de bandas que están intentando abrirse paso, al igual que tú. Por ese lado puede ser un poco inconveniente pero creo que prima mucho más la facilidad que tienes a la hora de moverte por el circuito y a la hora de contactar con medios o conocer gente.

Al final, una gran ciudad es un hervidero de todo esto y tienes muchas más opciones que en una ciudad más pequeña, en la que puedes destacar más pero donde el ámbito de acción se ve muy reducido.

En la escena actual, las bandas se miden más por el número de seguidores que tienen que por el estilo que hacen

A día de hoy las propuestas musicales son infinitas y la oferta es enorme a la hora de conocer bandas nuevas. ¿Qué lugar creéis que podéis ocupar vosotros dentro del amplísimo panorama musical español? 

Manuel: No se trata tanto de qué lugar en concreto ocupar. Ayer estuve hablando con un amigo sobre la escena y qué es lo que conocemos como escena. Yo creo que en Madrid, en nuestro rollo, ya no es que haya una escena de Post-Punk, de Punk, de Rock & Roll… sino que son muchas bandas que hacen muchas cosas a la vez. Se diría que estas bandas se pueden medir más por el número de seguidores que tienen, que por el estilo concreto que hacen.

¿A qué podemos aspirar nosotros? Este disco, si bien va mucho más al pop que nada de lo que hemos hecho antes, tiene un público reducido porque, evidentemente, no son canciones que sonarían en 40 Principales o en Cadena Dial, que es donde está el gran mercado. A partir de ahí, creo que hemos hecho un disco muy bueno y que con él podríamos llegar, como cualquier grupo grande de esta generación. 

¿A quién y por qué recomendaríais vuestra música o, más concretamente, vuestro disco?, ¿qué tipo de emociones pretendéis transmitir con vuestra propuesta?

Manuel: El disco es eminentemente triste. Es rock y, aunque hay alegría, si vas a las letras, al fondo de lo que hablan las canciones y a la atmósfera de las canciones, creo que es un disco triste. Por eso quizás nos han dicho alguna vez que es un poco ochentero o británico. Yo no lo veo tanto así, pero sí que es cierto que tiene un trasfondo triste. A mí me encantaría llegar a la suela del zapato de alguien como Robert Smith, de The Cure, porque es capaz de hacer canciones tan alegres y tan tristes al mismo tiempo. Yo creo que de eso tiene un poco este disco y de ahí también viene el nombre de La Juventud: ya estamos en esa edad en que somos jóvenes pero quizá ya no tanto. Al final, la juventud es un poco eso, mirar atrás con melancolía.

Al escuchar el disco se nota todo esto que dices. Hay momentos alegres y un tanto naif, en el buen sentido de la palabra, pero luego se percibe que en las canciones habláis de cosas más profundas de lo que aparentemente parece. Lo que sí que parece algo generalizado es que crear desde la tristeza parece que emociona más.

Manuel: Es que cualquier persona que está feliz o en un momento pletórico de su vida, no se sienta en su cuarto a fumar pitis y escribir, porque lo que quiere precisamente es aprovechar y vivir ese momento. Yo no digo que tenga una vida miserable, al contrario, tengo una vida muy alegre y soy un afortunado en todos los sentidos, pero sí que es cierto que todos sufrimos y que, cuando estás mal, es un momento en el que eres mucho más consciente de ti mismo. Cuando estás bien no reparas en que estás bien, simplemente estás en el momento, pero cuando estás mal es cuando realmente haces examen de conciencia, profundizas más dentro de ti y sacas todas esas cosas, escribiendo por ejemplo.

Cuando empatizas con lo que dice una canción, incluso te jode escucharlo

Para el que escucha es lo mismo. Las canciones más tristes son las que más emocionan y parece que todos necesitamos en algún momento “cortarnos las venas”.

José Ángel: En este sentido siempre nos gusta contar la anécdota de una chica que conocemos, que es cantante de un grupo. En uno de los últimos bolos que hicimos, vino y, al terminar el concierto, nos dijo: «en esta canción me he tenido que salir del concierto llorando porque me ha recordado algo que me ha pasado a mí» y el resto de la gente de la sala estaba contenta y bailando. Esto quiere decir que, cuando tú empatizas con lo que dice  una canción y con lo que a ti te ha pasado, es cuando realmente te pega en el pecho e incluso te jode escucharlo.

Vuestra carta de presentación ha sido Kárate a muerte. La canción tiene un rollo muy fresco y veraniego, casi tropical, que luego coge más fuerza y con un estribillo muy potente. ¿Por qué elegís este tema como adelanto?

Álvaro: Yo creo que es una mezcla de varias cosas. Desde el primer momento en el que Rome (Manuel) apareció con esa maravilla de canción en el local de ensayo, yo pensé que era un temazo, sin dudarlo. Empezando por lo superficial, la música, las melodías y los ritmos representan muy bien lo que estábamos buscando: ese camino que evoluciona desde que empezamos con un sonido más guitarrero y más Rock & Roll, para buscar otras cosas distintas. Creo que eso se culmina en forma de hit con Kárate a muerte.

También está el hecho de que sea un homenaje que hacemos a la película del año 2003 Karate a muerte en Torremolinos. Así que creo que, en esta canción, tanto la música como el mensaje es un poco el culmen de lo que andábamos buscando. Además creo que es una de las canciones más accesibles para el público y que para todos es una de las mejores del disco. 

José Ángel: La canción resume muy bien la esencia de La Juventud: es un tema tan naif e inocente como es el verano y el ir de vacaciones con tus padres, pero a la vez tiene un cariz muy decadente, si te fijas en el tono y la letra que tiene. Y el videoclip que raspa lo soez también ayuda a todo esto. Al final es la mezcla perfecta de La Juventud: recordar el sonido de lo que era el verano y darte cuenta de que realmente nunca va a ser igual de bonito de lo que fue entonces.

Manuel: Lo bueno es que la canción se apoya en la peli pero no habla de ella. Alguna vez le he preguntado a alguien de qué cree que habla la canción y me han dicho cosas muy dispares. Eso me gusta, que cada uno saque sus propias conclusiones y que, a veces, se puedan sacar lecturas muy extrañas.

Según vas escuchando el disco hay algo muy predominante: una actitud desprejuiciada a la hora de hablar de diferentes temas. En general me gusta que, tras historias aparentemente directas, hay un trasfondo más introspectivo. Manuel, tú que escribes todas las letras, cuéntame de dónde nacen las ideas a la hora de escribirlas.

Manuel: Yo grabo todas las maquetas con GarageBand, la aplicación de Mac, que es lo más cutre que hay para grabar, pero a mí me encanta porque lo tengo ya más o menos dominado y puedo conseguir cosas. Cuando compongo, me fabrico una base y me la pongo en bucle hasta que sale la primera frase y, una vez que esta primera frase ya ha salido, tiro de ella para ver por qué camino me lleva.

Yo creo que si estás en un estado mental determinado y te pones a escribir de lo que sea, ese «lo que sea» va a tener algo de lo que tú estás sintiendo en ese momento. Eso me pasa a mí y las letras las escribo muy rápido. De hecho, si tardo mucho en escribir alguna, me aburro y paso. Creo que, cuando escribes con una intención, escribas lo que escribas va a haber algo de eso en lo que hagas.

¿Cómo funcionáis luego como banda?

Manuel: Yo llevo los temas producidos y los tocamos juntos. Luego ya, en los ensayos, el estilo de cada uno se mete en la canción y se van añadiendo los arreglos de manera natural.

La Juventud

La casa de María es una de las canciones que más me han llamado la atención. En ella cantas: «Por culpa del patriarcado la fiesta ha terminado». Detrás de una letra que habla de una fiesta, parece que habláis de otro tipo de cosas. ¿Es así?

Manuel: Esa frase en los bolos es el infierno (risas)

José Ángel: Seamos sinceros, lo que queremos es que la gente piense que hay más de lo que realmente hay, pero te vamos a contar la verdad. Rome había traído esta canción y faltaba algo. Queríamos una frase con punch, que la gente pudiese corearla y salieron muchas diferentes hasta que al final salió la que tú has dicho.

Manuel: De hecho, al principio estábamos un poco en contra de cantarla porque pensábamos que nos podría traer problemas. Es que la frase puede tener dos lecturas completamente distintas.

José Ángel: Esto te hace pensar que a lo mejor hay grandes obras maestras de la música, de las que piensas que detrás hay un pensamiento curradísimo y que no son más que fruto del azar, como ha ocurrido con esta canción.

Malos sentimientos me interesa mucho porque la entiendo como una manera de exorcizar los demonios que uno tiene dentro. A veces es difícil afrontar estas cosas, pero creo que este tipo de canciones son las que conectan con la gente y las que dan la razón al hecho de cantar en castellano.

Manuel: A mí me gusta cantar en castellano porque la gente se puede rayar y tener muchísimas opiniones sobre algo que, a lo mejor, es irrelevante. Esta canción, en realidad habla de ese día tonto que tienes cuando te has acostado el domingo por la noche con un poco de canguelo después de ver Cuarto Milenio. Ya de por sí tienes el cuerpo mal porque al día siguiente es lunes y tienes que ir a trabajar, te acuestas y ves la puerta del armario abierta y se te empiezan a pasar muchas cosas por la cabeza: piensas en tu vida, en las cosas en las que la has cagado, en por qué has tomado las decisiones que has tomado, etc.

Monty: Es curioso porque esa canción parte de un loop de guitarra, bajo y una línea de teclado. La estructura, aparentemente, es muy sencilla. Pero es verdad que tiene ese sonido oscuro que buscábamos, para que realmente tuviese ese toque esotérico. Sin duda, es la canción más oscura del disco y buscamos incluso una distorsión en la guitarra para que de verdad fuese un poco cruda y hasta diese un poco de mal rollo. El estribillo de esta canción a mí me gusta mucho porque es también muy desgarrador. Incluso barajamos que el nombre del disco fuese Malos sentimientos.

Manuel: Para mí «malos sentimientos crean mala sangre» es la mejor frase del disco y la que mejor lo resume.

Cuando planteáis las canciones, ¿lo hacéis pensando en el directo y en cómo van a funcionar en los conciertos?

Efrén: Yo creo que no tanto. En el disco hay canciones que en directo serían muy difíciles de ejecutar o no funcionarían, como por ejemplo la última, que se llama Red Gurd, como nuestro proyecto anterior. Nosotros no pensamos las canciones tanto para luego interpretarlas en directo, como para darle un sentido al disco y completarlo de arriba a abajo y que sea un poco más redondo. Lo que sí pensamos es que nosotros nos hemos caracterizado siempre por tener un directo bastante potente y que la gente se meta mucho en él, por eso siempre tenemos canciones cañeras. Aunque luego tenemos canciones más lentas como Hubiera estado tan bien o Crema, pero son casi la excepción porque nos gusta más el tema vibrante y las canciones muy rápidas y directas al pecho.

Para terminar quería haceros una pregunta que hago muchas veces a las bandas que están empezando en esto. Para tener cierto éxito o reconocimiento, ¿qué porcentaje creéis que se le puede atribuir a la suerte y cuánto al trabajo duro?

José Ángel: Suerte 81% y trabajo 19%.

Manuel: Pero tampoco es suerte porque, hoy en día, el trabajo tiene poco que ver con lo bien que toques; a lo mejor tocas muy mal y eres la hostia. Siempre te llega el típico listo que te dice que Cariño son una mierda porque no saben tocar… pero mira dónde están. A lo mejor no tienen el mejor directo del mundo, pero han currado mucho. Habrán tenido suerte, no digo que no, pero algo habrán hecho también para estar ahí. Al final, se trata de estar en el momento y en el sitio adecuado para que te vea alguien. Por eso estoy de acuerdo en el porcentaje que ha dicho Jose. ¿Cuántos músicos que son el mejor guitarrista o pianista que has visto en tu vida están tocando por tres perras en la calle?

No se puede pretender que en la cima de la pirámide del éxito quepa todo el mundo

Hace poco fueron los Premios Odeón y hubo un interesante debate en redes sociales acerca de lo poco globales que son este tipo de premios. Mucha gente dijo que ocurre lo mismo con el circuito indie. Hay artistas que no están en un lado ni en otro. ¿Qué opina al respecto una banda que empieza en esto y observa todo casi como unos recién llegados?

Monty: Yo creo que son dos mundos totalmente diferentes y que no compiten unos con otros. Los Premios Odeón, si vas premio por premio, ha ganado la gira que más entradas ha vendido, el disco que más ha vendido, el videoclip que más reproducciones ha tenido, etc. Ya sabes que las multinacionales dominan ese campo pero también porque tienen la fórmula, el músculo y los artistas para conseguirlo. Por eso también existen los Premios de la Música Independiente, que es ahí donde puede aparecer un grupo como Morgan, que en realidad son bastante famosos, llenan salas y son muy buenos, pero que nunca ganarían un Premio Odeón. 

Manuel: Es que no se puede comparar. Por ejemplo, a Manuel Carrasco lo va a ver tu madre, tu abuela, tu tía, tu hermana, el novio de tu hermana… pero a Morgan lo vas a ver tú, que eres el raro porque si hablas de Morgan a toda esta gente no saben ni a qué te refieres. No pasa nada y eso es lo maravilloso de la música, que hay para todos.

Pero quizás con los premios MIN también está la sensación de que no están todos los que se quedan fuera de los otros.

Monty: Claro, también pasa. Morgan, cuando hace unos años no eran conocidos y tenían cierto elitismo de que la gente les iba a ver antes de que fueran más famosos, ya eran músicos increíbles. Pero ahora, como te ganan el Premio de la Música Independiente, siempre habrá alguien que diga que ya se han vendido o que, como llenan dos veces La Riviera, no son lo que eran. Quizás habría que hacer otros premios más, para grupos más pequeños (risas). Pero al final, lo de los premios aunque mola, creo que no tiene gran importancia.

Manuel: El éxito es una pirámide y no puedes pretender que en la cima de esa pirámide esté todo el mundo, porque no caben y además perdería el valor.

¿Qué expectativas o ilusiones tenéis puestas en este disco?, ¿sois ambiciosos?

José Ángel: Para mí el hecho de haber podido grabar un disco con mis amigos y poder tener mi propio álbum, era un objetivo vital que puedo marcar ya. Siendo ambicioso creo que este es un disco bueno, que va a gustar y que puede tener cierto éxito. Ojalá de aquí a un año podamos estar hablando de que estemos metiendo la cabeza en sitios en los que hasta ahora mismo no pensamos, como puede ser en festivales o radios a nivel nacional. Para mí sería un éxito empezar a meter la cabeza en el mundillo.

Escucha ya el debut de La Juventud

AUTOR

Javier Decimavilla
Javier Decimavilla
La música nos puede salvar la vida o al menos mejorarla. Bob Dylan, Neil Young, David Bowie, The Beatles o The Rolling Stones, entre otros, nos llevan enseñando el camino a la felicidad desde hace décadas.

¿Te gusta CrazyMinds? ¡Síguenos!

BUSCADOR

Y MUCHO MÁS...

spot_img
spot_img