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THE STROKES – THE NEW ABNORMAL

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Algunos grupos definen con su trayectoria un viaje donde descubrimos, con cada álbum, una parada completamente nueva. Otros se agarran tan fuerte a su sonido que no nos dejan siquiera que nos bajemos del coche. En The New Abnormal (2020), The Strokes demuestra una vez más que se encuentra en el segundo grupo, pero lo hace con una confianza y una capacidad de reinvención que no nos esperábamos.

Cuando se lanzó Is This It (2001) (el debut de los neoyorquinos que iban a “salvar el rock”), el mundo contuvo la respiración mientras se enamoraba de las 11 pistas que lo componían. Había nacido un icono, de golpe y a lo bestia.

El rock desarreglado de himnos como Someday, Last Nite, New York City Cops Is This It nos hizo bailar, nos reconcilió con el género e inspiró a una nueva generación. Uno de esos jóvenes que tomaba nota era Alex Turner, cabeza de Arctic Monkeys y cocreador de The Last Shadow Puppets. «I just wanted to be one of the Strokes», nos revelaba en su último álbum, Tranqulity Base Hotel & Casino (2018). Años después, acabaría siendo él quien inspiraría a sus maestros.

Y es que, aunque en The New AbnormalThe Strokes no llegan ni se acercan a la tendencia de Turner a cambiar radicalmente de sonido con cada álbum, sí apuntan en la dirección adecuada. The New Abnormal no es un disco que nos vaya a volar la cabeza, pero desde luego tampoco es más de lo mismo.

El disco juega a un sonido auto referencial que nos lleva de vuelta a los primeros trabajos del grupo, pero sin caer en las melodías repetitivas de Angles (2011) y Comedown Machine (2013). A fin de cuentas, The New Abnormal juega con ventaja: The Strokes han tenido 7 años para prepararse, tienen todo el pescado vendido y solo les queda abandonarse al disfrute y a hacer lo que les dé la gana.

Esta seguridad en sí mismos se materializa en unos sonidos más cósmicos de lo habitual, un paso ralentizado y, sobre todo, una deconstrucción del sonido ochentero que caracteriza al grupo.

El comienzo nos lo da The Adults Are Talking, y lo hace con un arranque pop y disco que prepara el oído para los altos del álbum, pero no tanto para los bajos. A lo largo de sus 5 minutos largos de canción, el ritmo atraviesa un estribillo que nos recuerda a Hard To Explain y, poco a poco, va perdiendo fuelle. El final nos regala una outro larga y un sabor de boca a canción frankenstein. 

Buen resumen del álbum completo, que alterna melodías un poco demasiado lentas y alargadas con algún que otro tema potente. Selfless demuestra que cabe una balada en un disco de The Strokes y At The Door toma ese mismo espíritu y le aplica una base electrónica de sintetizador.

Pero no desesperemos. The New Abnormal también tiene espacio para el rock canalla que deseamos y esperamos. La obra maestra de la colección se encuentra en Bad Decisions, cuyo pop-rock bailable la convierte en favorita desde la primera escucha. Tampoco podemos hacer ascos a Brooklyn Bridge to Chorus. Este extraño tema nos trae un sonido muy Strokes, con su diálogo de guitarras y climática ruptura en el estribillo, pero que no deja por un segundo de referenciar The Voidz, el proyecto en solitario de Julian Casablancas.

De nuevo nos piden paciencia en Eternal Summer. La quinta pista alterna la desgarradora garganta de Casablancas con una sucesión de falsetes bastante Jackson que nos recuerda a los sonidos de los Talking Heads y, por qué no, un poco también a Gorillaz. La salva del desastre una potente percusión que guía el tema durante sus (eternos) 6 minutos de duración.

Tonos lentos y con un importante ingrediente psicodélico nos acompañan durante el final del álbum. Mientras las letras se vuelven más profundas e identificables, los sonidos son también cada vez más personales. 

Why Are Sundays So Depresing vuelve a tirar de falsetes y nos regala mantras como «Don’t ask me questions that you don’t want the answers to». En Not The Same Anymore vemos una intención similar a la de Tranquility Base Hotel & Casino, mencionado arriba. Jugando un poco al jazz, Casablancas alterna el canto y el recital al hablar de desamor con una melodía sólida de fondo. 

Sella el trato Ode To The Mets, que lleva a ese mismo campo una frase que, si le echamos un poco de mala idea, diríamos que define el disco completo: «It’s not wrong, but it’s not right».

Bajo la producción de Rick Rubin, The Strokes han creado en The New Abnormal un álbum que referencia todo lo que han sido y demuestra que tienen ganas de ser aún más. 

No podemos mentir: no nos han dado todo lo que queríamos. Pero, tal vez porque estábamos contaminados de sus dos últimos álbumes, hay que admitir que sí que nos han dado más de lo que esperábamos. Como mínimo, nos han dado ganas de volver a subirnos al coche y ver a dónde nos lleva la siguiente parada del viaje.

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