A Amparito les hace gracia que en las crónicas las llamen “las madrileñas”. Parece una incoherencia, pero es que las cuatro jóvenes que forman la banda originaria de Madrid proceden de diferentes rincones del norte de España (Pontevedra, Bilbao, El Bierzo y Burgos). Las componentes, Olalla Uriarte (guitarra y voz), Vanesa Torres (guitarra), Marta Alonso (bajo) y Beatriz Martín (batería), nos explican cuál es su origen, la culminación de su primer LP y cómo ha sido trabajar con Paco Loco.
Como grupo llevan tocando desde 2016 y en 2017 entregaron su primera Demo, una colección de cuatro canciones que preveía el devenir artístico del cuarteto. Dos años después, han editado su primer larga duración, ‘Clara Oscuridad’ (MontVentoux, 2019), en el que mezclan pop, punk y garage en 10 cortes ágiles y afilados. Con referencias claras como Las Odio, o Kokoshca y Mujeres, a los que mencionan entre sus influencias.
Ellas, eso sí, quieren evitar cualquier tipo de etiqueta: “Si pudiéramos, ‘indefiniríamos’ nuestra música”. “Estamos en un tiempo de convergencia musical muy rica, pero aun así muchos esperan que te sigas identificando con un género y cumpliendo sus normas. Nosotras no somos así”, aseguran, antes de concretar que a veces se ven más pop (“Fin”, con los coros), punk (“Dolor” tiene un toque a La Urss) o garajeras (“Crudo” marca un ritmo frenético).
El resultado mezcla los tres estilos con unas letras divertidas y de actitud pasota ante situaciones del día a día (personas mayores pegando codazos en el metro), rupturas sentimentales (“me rompiste el corazón / ahora estoy mucho mejor”) o problemas sociales (“asesinos construyendo nichos de veinte pisos”). Esta última quizá sea la más seria del repertorio: “Queríamos que el disco reflejara esa ambivalencia permanente en muchos aspectos de la vida y que se riera de nuestras pequeñas miserias cotidianas”.
Si uno ve los títulos de las canciones y la portada, puede llegar a pensar que hay un contenido más profundo detrás. Sin embargo, es una forma de transmitir esa nitidez y claridad que a veces surge de la oscuridad. “Es un guiño más a nuestro modo de entender y tomarnos la vida”, explican.
La historia de la creación de Amparito viene de unos meses antes a cuando empezaron a tocar juntas. “Queríamos hacer algo en nuestro tiempo libre, y la idea de montar un grupo fue algo muy natural”, dicen, puesto que la música se la tomaron más como un pasatiempo en sus inicios: “Todo lo que ha pasado después es inesperado e increíble”.
Una de esas cosas que han sucedido ha sido poder trabajar con Paco Loco en ‘Clara Oscuridad’. “Nos ha ayudado a apostar por lo que nos hace únicas. No ha intentado cambiarnos, sino potenciar lo que llevábamos dentro”, comentan sobre la colaboración con el productor, que también ha ejercido de “psicólogo y humorista”. “Es un gustazo trabajar con él, te da mucha confianza y es muy divertido”, añaden.
La composición del LP, pese a contar con canciones cortas, no ha sido cosa de dos días. “Nos ha llevado cerca de año y medio”, señalan. Olalla pone la base de los temas. “Viene con una maqueta, letras y música. Luego entre todas probamos arreglos en el local de ensayo hasta dar con la versión final”, cuentan sobre el desarrollo de su primer disco, que definen como una experiencia “llamativa” y “divertida”.
Como tantas otras bandas de este país, Amparito tampoco viven de la música: “La industria sigue siendo muy precaria y es un lujo solo accesible a unos pocos afortunados”. Al menos pueden decir que cuentan con trabajo independiente a su carrera en los escenarios. Una trayectoria que ven muy costosa en el circuito de salas de España. “Estaría bien que se fomentaran más ayudas estatales para que, por fin, la música se convierta en un oficio y no sólo en un hobby”, demandan.
Ven con otros ojos el panorama festivalero, aunque con doble vara de medir. Por un lado, valoran positivamente aquellos que les dan la oportunidad de darse a conocer, descubrir nuevas bandas y hacer contactos: “Hechos por personas que realmente aman la música y que priman el bienestar de grupos y público”. Por otro lado, se muestran contrarias a eventos “masificados” y “con carteles calcados”.
A pesar de esto, en 2020 las vamos a poder ver en salas y festivales. De momento tienen este 23 de enero la fecha en el Fosbury Fest 4, por el 30 aniversario de la Sala Siroco, el 21 de febrero una en Bilbao (Sala Shake!) y en marzo tienen un concierto confirmado en Portugal. Además, trabajan ya en nueva música y esperan poder sacar una referencia durante este año: “Veremos en qué formato y momento, pero es la idea”.
Amparito, que ya se sienten como de Madrid, nos recomiendan de la escena de la capital a otra banda emergente formada íntegramente por mujeres y de estilo similar: Hickeys. “No son todas de Madrid, pero viven aquí, y hemos tenido la suerte de coincidir con ellas un par de veces”, indican.
En cuanto a sus álbumes favoritos, ha sido Olalla la que no ha dejado su selección:
- ‘El resto de mi vida’ – Juniper Moon
- ‘Hay una luz’ – Kokoshca
- ‘Igor’ – Tyler, the Creator
También nos han dejado una playlist de canciones de tendencia guitarrera y origen nacional. No contestas con escoger 10, han metido hasta 5 ‘bonus tracks’.
