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Pasado, presente y futuro de Subterfuge se fundieron en su Stereoparty en Madrid

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Con el sobrenombre de #StereopartyFlashback se celebraba el pasado viernes, la conocida fiesta anual del sello independiente Subterfuge Records en el Teatro Circo Price de Madrid. Para esta ocasión –su 26ª edición–, la veterana discográfica decidió fijar la vista en el pasado: por un lado, para celebrar el décimo aniversario del debut de una de sus artistas más prolíficas, la malagueña Anni B Sweet, y por otro, para rescatar de la memoria popular a un grupo como Los Fresones Rebeldes, icónico grupo de los noventa.

Pero la cita fue también ocasión para mirar al futuro, con la actuación de la nueva adquisición del sello: Eguala, proyecto encabezado por el valenciano Santi Igual Alapont y acompañado en la ocasión por teclado, batería y bajo. Fueron ellos los encargados de abrir la velada, puntuales, poco después de las ocho de la tarde.

Ataviados con trajes de astronautas, la formación logró calentar motores entre el público a base de un pop rock con influencias ochenteras y letras pegadizas como ese «vine a Madrid a hacer Rock&Roll y terminé trabajando en banca de inversión», del tema Nada Que Perder.

Entre unas canciones más rockeras, otras más electrizantes o más lentas, Eguala introdujo al público en un sonido que parece seguir la estela de grupos nacionales como Varry Brava, y del que pronto publicarán, a lo largo de este mismo año, su primer trabajo de larga duración.

Con el último tema, Mucho Mejor, la sala -aún a medio llenar- se levantó animada a dar un último baile de este entrante musical, antes de sumirse en el bálsamo folk que brindaría la siguiente invitada de la noche.

Anni B Sweet, presente y futuro de Subterfuge

Si bien el próximo álbum de la cantante malagueña tiene previsto salir en primavera, Anni B Sweet acudía a esta Stereoparty para rememorar el primero de sus trabajos: Start, Restart, Undo, de cuya publicación se cumplen este 2019 diez años. Y menuda manera de hacerlo.

En vez de limitarse a tocar todas las canciones del disco, una tras otra, la artista se atrevió a variar el orden y sacrificar algún tema –previas disculpas a aquellos fans que «esperaban oírlo entero»– para intercalar versiones de «canciones que marcaron ese momento» en la vida de la artista, hace diez años, cuando grababa su primer álbum.

Así fue el caso de una suculenta versión de Just Like A Dream de The Cure, la primera canción que la artista interpretó en directo en su incipiente carrera, de una banda como aquella que, «aunque no lo parezca», la joven Anni «escuchaba mucho por esa época». Junto a esta versión, se coló también una bellísima interpretación del You Don’t Own Me, de la cantante neoyorkina Lesley Gore.

¡Qué cuqui eres, Anni!, aprovechaba para gritar una mujer del público.

Como siempre que la he visto en directo, la actitud de Anni fue humilde, con una cercanía acrecentada por el sonido acústico y que daba la sensación de estar en una sala pequeña más que en un espacio de las dimensiones del Teatro Circo Price madrileño. Entre canción y canción, la malagueña se perdía entre reflexiones sobre sus temas, su carrera y algún que otro chiste malo, además de pedir al público que, por favor, dijese lo que quisiese.

«¡Qué cuqui eres, Anni!», aprovechaba para gritar una mujer del público. Y no es que le faltase razón, pero además de «cuqui», la malagueña es un auténtico portento musical.

A lo largo de aproximadamente una hora, la cantante ofreció una actuación de diez, desgranando diferentes temas de su primer álbum como A Sarcastic Hello, Mr. D, Motorway,  Second Hand,  La La La,  Song Of Pain,  Again o su ya mítica versión del Take On Me de A-ha para la que consiguió el coreo del público.

Actuación de diez

Temas sobre el paso del tiempo, la vida y el amor, crecían de la mano de la de la malagueña, con su voz decorada por ocasionales delays y acompañada por las cuerdas de su guitarra, española o eléctrica según tocase. Pero es su particular timbre vocal, sumado a la destreza de la cantante en los vibratos, saltos e improvisaciones sobre una misma melodía, lo que hace de su desempeño vocal el indiscutible atractivo de su directo.

El juego de luces, entre azul, rojo y violeta, ponía la guinda del pastel a la hipnotizante actuación de la malagueña. Pero todo llega a su fin.

«Sois buenas personas, y no os voy a engañar», decía Anni para despedirse, reconociendo que no iba a bajarse y volver a subir al escenario, ya que no había ningún ‘bis’ planeado.

Así, dejando al público con ganas de más y dejándose también su Tumbado En Mi Moqueta Azul en el tintero, para dolor de un servidor cerraba con uno de sus singles más delicados, Shiny Days, publicado en 2012 con posterioridad a su debut.

Una mirada a los noventa

Y tras la calma, llegó la tormenta. O mejor dicho en sus palabras, tras la delicadeza de B Sweet «se abrieron las puertas del infierno», con el concierto de Los Fresones Rebeldes, mítico grupo de los años noventa, reagrupado para esta cita anual del sello que los vio nacer. La formación catalana demostró que tienen guerra para rato y energía para hacer bailar al público y levantarse de su asiento con canciones como Al Amanecer, ¿Tienes Novia?, Algo Hay o ¿Por qué me tengo yo que enamorar?.

Salvando algún que otro divertido lapsus, en que los miembros del grupo no se ponían de acuerdo sobre que canción seguía a la siguiente, Los Fresones ofrecieron un concierto divertido para cerrar con el listón alto esta 26ª edición de la ya clásica fiesta de Subterfuge Records.

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