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Nuevos Valores: ÖLIVIAS

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Esta semana venimos fuerte en Nuevos Valores y presentamos a ÖLIVIAS, un dúo de música conceptual que experimenta con los contrastes entre lo orgánico y lo electrónico. Su música ha sido recibido como folklore experimental y la ejecutan Clàudia, a la voz, e Isabel con su violín y piano. Después de dos EP’s hermanos, vienen a presentarnos su primer larga duración: QUE BAIXI EL CEL, una publicación en torno a la muerte, como el arquetipo del cambio y la sanación.

Aunque ambas llevan en la música desde la infancia siempre han seguido caminos distintos. Nos cuentan que Clàudia ha tenido una formación musical muy flexible, experimentando desde los doce años diferentes fuentes de conocimiento; canto moderno, canto clásico y finalmente formada en canto jazz en el Taller de Músics sin seguir una formación reglada. «Para mí cantar es una forma de respirar».

Por otro lado, Isabel, se ha formado rigurosamente en violín y piano en un recorrido clásico, realizando el grado de violín en el Conservatorio del Liceo de Barcelona. Desarrollándose como músico profesional en diferentes proyectos musicales de cámara y orquestas, pero siempre poniendo un ojo en otros recorridos y formas artísticas. «Esto me ha permitido poder estar en contacto con otros géneros musicales».

Un proyecto formado por dos amigas, que han ido cocinando a fuego lento. «Nosotras somos principalmente amigas y de algún modo hemos encontrado una nueva dimensión – mediante la música – de poder comunicarnos y pasar tiempo juntas». En un primer momento, no eran conscientes de que formalizarían ÖLIVIAS como un dúo musical.

El año 2020, después de la pandemia, empezaron a gozar pasando largos ratos juntas, creando y experimentando con sus inquietudes en forma de poemas, canciones, haciendo del piano una excusa para hablar y compartir. «A medida que pasaba el tiempo y las creaciones nos parecían, y sobre todo a nuestras amistades les parecían interesantes, vimos que había una narrativa entre todos los temas y nos apeteció ponerle nombre Ölivia Musyk, que más adelante con la salida del primer disco cambiaríamos por ÖLIVIAS, soltando musyk, con la confianza de que no es necesario explicar qué hacemos».

Para entender su música, hay que poner atención en las palabras, cuidadosamente colocadas al mismo nivel de sus melodías. Cada canción vive y bebe de un concepto diferente, así que cada una se establece y desarrolla en un ambiente diferente. Para ellas, son como mini cápsulas, pequeñas reflexiones de un imaginario común que quieren acompañar y abrir compuertas. Canciones para sumergirse si a uno le apetece. «Valoramos los conceptos periféricos que se desprenden de la muerte, el duelo y sus formas de expresión y los ponemos encima de la mesa».

Muchos son los referentes que habitan el imaginario de esta agrupación, comentan, que es un poco difícil determinar dónde empieza la influencia y termina su propio desarrollo de la idea. A nivel narrativo, de letras e imaginarios, nos cuentan que les han marcado personas como Mercè Rodoreda, Irene Solà, también poetas como Antonia Vicens, F. G. Lorca o Mireia Calafell.

En cuanto a la musicalidad, ambas han compartido desde la adolescencia el afán de ir a conciertos juntas; Mishima, Rodrigo Cuevas, Silvia Perez Cruz, Sufjan Stevens, Austra, entre muchos otros, nutren su oído. Nos descubren su perfil personal de Spotify en el que escuchan música muy dispar, a nivel de producciones se fijan en Stromae, Sampha, Phoebe Bridgers, entre otros.

«Para nosotras es imposible discernir en el imaginario entre lo musical, narrativo y lo audiovisual, sobre todo en la actualidad. Compartimos un imaginario muy paisajístico – incluso a la hora de crear piezas musicales – nuestra película preferida es el Viaje de Chihiro, de hecho llevamos un tatuaje juntas de la película».

QUE BAIXI EL CEL, su primer disco, ha sido fruto de dos años de intenso trabajo, tras sumergirse en la autoproducción en su casa e investigar sus propios límites. Para ellas todo un reto, pues no habían hecho nada igual anteriormente. Claudia e Isabel se enfrentan a su faceta más analógica y ponen todos sus sentidos en descubrir, probar, fallar y reconstruir detrás del ordenador y en la sala de ensayo. A base de pruebas y errores, y como ellas dicen, llamadas desesperadas a colegas que resuelven dudas llegan al sonido buscado.

«Cuando compones parece que nunca hay un final, así que de algún modo, parar de componer y registrar es una autoimposición. Y más cuando no tienes un límite de tiempo de un estudio o un productor externo».

Esta publicación cuenta con nueve piezas con una identidad específica, que hablan de aspectos distintos de la transformación, y la música rema acorde con ello, de modo que cada una tiene su carácter propio.

«Con ‘Ölivera’ encontramos una canción folklórica porque la letra nos evocaba un paisaje enmarcado en la guerra civil española, veíamos campos de olivos utilizados como fosas comunes e inevitablemente tuvimos que beber de melodías más tradicionales«.

Con canciones como Sad Bach, estas artistas nos muestran un poema de despedida a una abuela y en el proceso de composición integran una pieza de Bach. «Nos dimos cuenta que Isabel había tocado en el funeral de mi abuela una pieza de Bach y meticulosamente decidimos ponerla en medio de la canción por lo que los versos nadan dentro de esas melodías».

Con respecto a la escena festivalera, se encuentran en una encrucijada pues cuentan que hacen música poco comercial, y observan que tanto en Cataluña como en la península los festivales están más bien enmarcados en lo mainstream, por lo que, es complicado para ellas encontrar espacios y público que arriesgue por una propuesta diferente.

Por suerte, quedan algunos festivales y salas, como el Eufònic, el Pumarejo, la sala Vol, entre otras, ofrecen espectáculos de este tipo, pero también existe un problema que «jode» a la mayoría de los artistas emergentes, que es que todo va por cartel, es decir, la asistencia del público mayoritariamente es en relación al cartel y para ello los festivales apuestan poco por nombres de artistas poco conocidos. «Confiamos y queremos ser optimistas con la apertura de mente de los festivales europeos, pero por lo que hace a nuestro país es un poco desolador».

En sus conciertos se puede encontrar una experiencia atípica que, con suerte, inducirá a un viaje emocional de distintas capas, entre lo electrónico y lo orgánico. Con respecto al panorama musical en sí, lo ven un poco crudo y saturado de nuevas propuestas musicales. Las redes sociales pueden ser aliadas para promocionar y a su vez esclavas de generar contenido y generar expectativa. Ellas se decantan lo analógico pero están empezando a calendarizar en relación a las redes sociales.

«¿Hasta qué punto es saludable? No tenemos ni idea, pero actualmente parece que la música es lo último que el público escucha o tiene interés por descubrir; la imagen, la narrativa, el contenido, los seguidores, es lo principal. Tenemos una lucha interna por mantener nuestra esencia analógica o sumarnos al carro para ver si tenemos oportunidad de performar en la industria”.

De momento, ÖLIVIAS viven de la música y lo compaginan con otros trabajos. Quieren seguir así para evitar frustración y falsas expectativas, pues están muy conectadas con su lado más realista. Isabel compagina con otras orquestas y trabajos fotográficos y Clàudia ejerce de terapeuta en el sector social, por lo que, por ahora, les hace felices poder tener el privilegio de dedicar tiempo a la música.

Tras un estreno impactante en la presentación de esta última publicación en la mítica sala Pumarejo de Barcelona. Están decididas a seguir hacia adelante, nos comentan que les gustaría jugar en un futuro con los sonidos de fábrica, pues viven en una zona muy industrializada y experimentar en el futuro con otros dúos.

TEST NUEVOS VALORES – ÖLIVIAS

¿Alguna recomendación de banda o solista emergente de la que debamos tomar nota en vuestra escena o ciudad?

Las Arannà, Garru, Electro ma non troppo, Balma, las Alosa, The Bird Yellow y muchísimos más.

Para Ölivias, la música es…

Respirar.

¿Podríais decirnos vuestros tres discos favoritos?

Multitude de Stromae, Carrie & Lowell de Sufjan Stevens y Manual de Cortejo de Rodrigo Cuevas.

Canciones que han marcado a ÖLIVIAS:

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