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Mallo – El Diluvio / Canción a Canción

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Hace unos años que conocimos a Mallo, cuando ya tenían su debut homónimo en la calle. Desde entonces no hemos perdido la vista a esta banda toledana cuya propuesta de pop-rock con toques glam nos cautivó desde que la descubrimos. En aquel momento publicaron algunos singles que sirvieron para darse a conocer aún más y como punta de lanza del que sería su siguiente trabajo. Acaban de publicar El Diluvio, su segundo larga duración y es su momento, sin lugar a dudas. El cuarteto ha dado un paso más en la evolución de su sonido, facturando un disco que gustará desde la primera escucha, pero que promete quedarse dentro durante mucho tiempo, a medida que que se van descubriendo nuevos matices, texturas e interpretaciones de las letras.

El Diluvio es un álbum conceptual algo oscuro, en el que Mallo plasman de una manera muy sincera y cruda todo lo que un trastorno ansioso-depresivo ha supuesto para ellas, dotando de gran belleza y emoción a cada una de las canciones. Hemos querido adentrarnos aún más en el sonido de la banda y en todo lo que han querido transmitir con estos temas, por eso les hemos pedido que nos acompañen en esta interesantísima guía de escucha que ellas mismas han elaborado para nosotros, deteniéndonos en cada uno de los cortes que forman parte del disco.

Bienvenidas a CrazyMinds. Lo primero, presentaos y presentadnos vuestro nuevo disco.

Hola, somos Mallo. Y Mallo son Elena (teclas y voces), Javi (guitarras y voces), Gonzalo (guitarras), Bea (bajo y sintes) y María (batería). El Diluvio es nuestro segundo disco; diez canciones que van desde el pop hasta el rock, pasando por el ambient, el glam o el emo. Un álbum conceptual grabado en casa.

¿Desde cuándo y cómo podemos escucharlo?

El 5 de abril vio la luz en todas las plataformas y esperamos bien prontito que se pueda escuchar en vinilo.

¿Dónde y con quién lo habéis grabado?

En nuestra casa, en un pueblo de Toledo, excepto las baterías, que las grabamos con Josu Erviti en Pamplona. El máster ha sido obra de Rafa Pachón.

Si tuvierais que definir el disco, su significado, su sonido, sus influencias… ¿Cómo lo haríais?

A veces, cuando llevas muchos años tocando, se te olvida por qué empezaste a tocar cuando eras pequeñx. Anoche, escuchando la prueba de vinilo que nos mandó la fábrica, nos alegró pensar que este disco nos habría obsesionado si lo hubiésemos escuchado cuando teníamos 15 años. Quizá esa sea la mejor manera de definirlo.

Son 10 canciones algo oscuras que hablan desde la experiencia, sobre convivir con un trastorno ansioso-depresivo. Nos hemos buscado mucho a la hora de componer y producir en bandas como My Chemical Romance, Arcade Fire, Phoebe Bridgers, Brian Eno y Juno.

Venga, compartid con nosotros alguna gran anécdota graciosa, surrealista o incluso perdida del periodo de grabación

La mejor anécdota del periodo de grabación es no habernos vuelto locas después de habernos tirado muchos meses pasándonos doce horas seguidas en la misma esquina del salón de nuestra casa. Terminábamos de trabajar y nos poníamos a grabar o a mezclar, día tras día, tras día, tras día.

Eso, y que también conseguimos que uno de nuestros gatos, Salem, cantase en el disco.

¿Qué planes tenéis para presentarlo en directo? ¿Fechas y/o festivales que ya tengáis confirmados?

El mismo día de la publicación lo presentamos en casa, en la Pícaro de Toledo. Fue bastante precioso.

Desde ahí, tenemos cerrada nuestra participación en el Toledo Beat Festival (10 de mayo), en el VID Festival de Daimiel (11 de mayo) y un par de conciertos en Salamanca y Cuenca a la vuelta del verano.

Nos gustaría que nos contaseis todo sobre cada una de las canciones del disco: el significado, la inspiración, si hay alguna historia detrás, lo que sentís al tocarla en directo.

1. Alhaja

Era el single más claro del disco. También era la que menos cuadraba temáticamente con el resto. Por eso lo abre (y porque, reconozcámoslo, es una buena manera de abrir un álbum).

Salió relativamente tarde en el proceso compositivo. Y de forma bastante espontánea. Tuvimos un ligero bloqueo con la letra porque no sabíamos bien de qué hablaba ni adónde iba. Un poco teníamos en la cabeza dos referencias: Like I Used To de Sharon Van Etten y Angel Olsen y There’s a Light That Never Goes Out de los Smiths. Pero justo, cuando la estábamos componiendo, salió Miracoloso, el disco del toledanísimo Jero Romero. La canción que abre el disco, Plantas de interior nos hizo ver claro que esta canción hablaba sobre el hastío de vivir en una ciudad de provincia como la nuestra, absolutamente contaminada por políticas económicas y turísticas que se olvidan de los de aquí, para volcarse en los que solo vienen a usar lo nuestro como un trapo.

Musicalmente, nos fijamos mucho en I Don’t Love You de My Chemical Romance. Queríamos que, desde el primer momento, con esos golpes de caja, la mente de lxs oyentes se fuese directa al emo-pop-punk de los 2000s

2. El diluvio

La canción que da título al disco. Hacía mucho que la teníamos esparcida en trozos en diferentes libretas. La cosa fue unir las partes. Parte un poco de ese aforismo, «après moi, le déluge», que da a entender que lo que venga en el futuro no nos importa; pero no desde una óptica positiva, sino todo lo contrario. Esta canción plantea preguntas que nos planteábamos en los peores momentos de nuestra depresión: ¿merece la pena seguir?, ¿qué queda de nosotrxs si nos vamos? Por eso el inicio de la canción, tan ambiental y etéreo, es a la vez tan oscuro.

Y por eso brilla tanto el cambio a mitad de la canción, como un rayo que parte en dos la oscuridad y que afirma, ante todas esas preguntas pesimistas que «hay caminos invisibles en el horizonte; sólo hay que seguir andando para ver qué esconden«. Este es uno de los temas líricos del disco. Esta frase es recurrente en otras canciones, al igual que otras frases que se introducen en esta canción. Eso ayuda a ver el trasfondo conceptual del álbum.

Musicalmente diríamos que tiene dos partes muy claras: la primera bebe del sonido ambient de Brian Eno, pero también del sonido de Bon Iver en sus últimos discos, o de Juno cuando se ponen ambientales. Cuando entra la segunda parte es innegable que la canción bebe de U2 en las guitarras y de Kings of Leon en las baterías.

3. Mamá, estoy bien

Fue el segundo adelanto del disco. Una canción sin estribillo (no es ni de lejos la única del disco) que plantea abiertamente el tema del álbum: «llevo imaginando mi suicidio cuatro días«.

Originalmente no era una canción sino una serie de anotaciones en una libreta, de ideas sueltas vagamente conectadas. El ejercicio de ponerles música vino después.

Queríamos que la canción fuese ligera, que sonase poppy y naif, y que pariecese brillante. Aun así, hicimos un esfuerzo para que diese la sensación de ir arrastrada, como tocada con pereza para transmitir esa sensación de pesadez que se tiene cuando la depresión no te deja levantarte de la cama.

El tema es una sopa de sintes, y avanza por cómo camina el bajo.

4. La herida

Esta canción ya la tocábamos hace años, cuando éramos otra banda y nos llamábamos de otra manera. Nos parecía que, en esta vuelta a los orígenes que queríamos hacer con este disco, tenía sentido recuperarla y darle un lavado de cara.

Es básicamente un reguetón. Un reguetón extremadamente cañero, pero un reguetón al fin y al cabo. Y posiblemente tiene uno de los estribillos más potentes del disco.

Como curiosidad, cuando se empezó a componer hace aproximadamente 3500 años, a esta canción la llamábamos cariñosamente Shakira porque como título provisional se propuso Mentiras piadosas y alguien dijo que parecía un título sacado del Servicio de lavandería.

5. Luna en Sagitario

Esta canción se compuso de manera improvisada en el home studio de nuestro amigo Ismael Rubio en Retuerta (Burgos), en un viaje pandémico que hicimos para visitarlo. Entonces grabamos una demo sin claqueta ni instrumentos, aparte de la voz y el piano. En esa versión inicial se aprecian torpezas y errores, pero también toneladas de pureza. Incluso se oye a las golondrinas cantar fuera de la casa.

Le dimos muchas vueltas a si volver a grabarla o no, de lo que nos gustaba la demo. Al final, hicimos un par de cambios necesarios en estructura y armonía, y eso nos ayudó a convencernos de que la mejor idea era regrabarla.

El ritmo, repetitivo y monótono, que busca que te centres en la letra, está hecho con un bombo, un charles y unas castañuelas.

Es una canción que quiere que la escuches con los ojos cerrados, tumbadx en la cama y de noche.

6. La déluge

Estuvimos bastante obsesionadas con los discos de música ambiental de Brian Eno. Hasta el punto que, de puro aburrimiento, nos dio por jugar a ver si podíamos componer y grabar canciones que pareciesen sacadas del Music for Airports, del Discreet Music o del Ambient. Ciertamente pudimos. Hicimos como siete u ocho canciones instrumentales, pero al final solo dejamos esta porque era la que más nos transmitía. También porque nos parecía que, al igual que Luna en Sagitario era una buena forma de terminar la cara A del disco, empezar la cara B con Le déluge ayudaba a introducir en el mood. Creemos que confeccionar el tracklist de un álbum es un arte, y hacemos lo posible por honrarlo.

7. El horizonte

El comienzo de esta canción está «robado» de I’m Not Okay de My Chemical Romance, así que si Gerard Way algún día viene a reclamarnos derechos, primero le diremos que por favor se case con nosotras y luego ya le pagaremos.

Originalmente, esta canción quería ser más un tema de Springsteen que un tema de MCR (cosa que aún se puede apreciar en el riff de guitarra doblado con glockenspiel). Sin embargo, a medida que iba a avanzado el proceso de producción nos dimos cuenta de que este tema, y más sin tener un estribillo claro, pedía distorsión y potencia. Hicimos dos versiones: una más tirando a Sam Fender/Bleachers/Springsteen y otra más tirando a My Chemical Romance/Fall Out Boy. Escuchando en conjunto las demos, ganaba la segunda versión porque aportaba más a la narrativa musical del disco. Sin embargo, algunos detalles de la primera versión, como el ya mencionado glockenspiel o el riff de sinte del final, llegaron hasta la versión definitiva. Y eso nos gusta. Nos reitera en que aún no sabemos si somos un grupo de pop que suena a rock o un grupo de rock que suena a pop.

8. Vida en Venus

Hemos tardado cuatro años en terminar de componer esta canción. Surgió durante la pandemia, escuchando August and Everything After de Counting Crows. Nos gustaba esa forma de narrar historias dramáticas desde la otredad. Las estrofas y el estribillo surgieron de una forma muy natural y el ritmo lo encontramos jugando con drum machines. El tema a partir de ahí rodaba bastante solo, pero se nos hacía corto y repetitivo, así que la dejamos aparcada mucho tiempo, a pesar de que nos parecía que tenía mucho potencial.

No dimos con qué faltaba hasta pocos meses antes de empezar a grabar, jugando a un videojuego que se llama Hotline Miami y que tiene una banda sonora de música electrónica bastante guay. Y ahí se nos ocurrió: acabábamos de comprarnos una réplica de un Minimoog y nos pusimos a jugar a hacer un segmento maquinero en el tono de Vida en Venus. El resultado fue el que podéis oír. El problema es que veíamos claro cómo introducir el puente en la canción, pero no cómo salir de él de forma natural, así que pensamos cómo lo haría una de nuestras bandas favoritas, Rufus T. Firefly, e intentamos dejarnos llevar por esa idea.

Humildemente, creemos que esta es la segunda mejor letra del disco.

9. Declaración de intenciones

Esta canción originalmente la compusimos hace más de 15 años, cuando éramos adolescentes en nuestra anterior formación. Pensando en ella después de todo lo vivido y aprendido, nos seguía gustando parte de la letra y creíamos que tenía potencial. A partir de ahí, rehicimos la segunda estrofa y cambiamos forma y armonía porque se notaba que la habían escrito personas de 13 años.

Nos costó convencer a Elena de que la cantase, pero creíamos que le daba un sentido y color nuevo a la canción y a la banda que somos ahora.

El sonido corresponde a eso, a adolescentes en el local de ensayo que han crecido y ahora tienen 30 años y les sigue gustando The Smashing Pumpkins.

10. Lo he quemado todo

Esta canción no iba a entrar en el disco. Nació de una idea muy simple y muy corta que se nos había venido a la cabeza cuando nuestra anterior bajista dejó el grupo. Aparte, teníamos otras tres canciones que nos parecían buenas pero que no sumaban más de un minuto cada una. Con eso y la necesidad de encontrar un desenlace orgánico a un álbum que sentíamos complejo conceptualmente, conseguimos juntar las piezas y todo tuvo sentido.

Podríamos decir que la canción surgió así gracias a Phoebe Bridgers porque estábamos muy obsesionadas con el Punisher y, en concreto, con I Know The End, la canción que cierra el disco y que surgió de la misma manera.

Fue divertido juntar las piezas y ponernos experimentales. Aquí se retoman por última vez los temas, tanto musicales como líricos, sobre los que se ha incidido en el disco. La última sección pretende generar la grandilocuencia de Famous Last Words de My Chemical Romance. Y, lo más importante, esta es la canción en la que canta el gato Salem. Quien encuentre dónde, se ha ganado nuestro amor.

Ah, y esta es la que creemos que es la mejor letra del disco. Y sí, hay una frase casi robada de Lola Flores (y a mucha honra).

Finalmente, un deseo. ¿Qué esperáis conseguir o que os traiga este nuevo disco? ¡Mucha suerte!

Ya estamos consiguiendo mucho más de lo que esperábamos, pero lo que más deseamos es que estas 10 canciones despierten en la gente algo parecido a lo que ha despertado en nosotras hacerlas. Y que los fans de The Black Parade de My Chemical Romance lo hagan suyo.

Escucha «El Diluvio» de Mallo a continuación:

AUTOR

Javier Decimavilla
Javier Decimavilla
La música nos puede salvar la vida o al menos mejorarla. Bob Dylan, Neil Young, David Bowie, The Beatles o The Rolling Stones, entre otros, nos llevan enseñando el camino a la felicidad desde hace décadas.

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