El pasado jueves, 30 de mayo, Madrid fue testigo de un evento musical de esos en los que dentro de unos años diremos «yo estuve allí». Sienna, el talentoso artista valenciano que ha conquistado corazones y oídos desde sus primeros trabajos, ofreció un concierto que quedará grabado en la memoria de todos los que estuvimos presentes. El Teatro Barceló se llenó de una energía especial, donde, a pesar de no ser Taylor Swift, cada nota y cada verso resonaron profundamente en el alma de los presentes, quienes las entonaron como si fueran canciones de la estadounidense.
Sienna, acompañado de una banda de músicos excepcionales: Elías Maro, Carlos Coronado, Carlos Bueno y Zazo, deleitó al público con un repertorio compuesto por veintiuna canciones. La mayoría pertenecían a su último álbum, Trance, una obra que marca un importante giro en su carrera y que deja clara la evolución artística de Sienna, quien ha sabido aprender y crecer a partir de sus etapas anteriores.
Desde el primer acorde, el público fue transportado a un universo sonoro donde las emociones fluían con cada melodía. La atmósfera se llenó de un delicado equilibrio entre la intensidad y la sutileza, evidenciando el profundo cariño y respeto que el artista siente por su música. Las letras, cargadas de sentimientos y vivencias personales, encontraron eco en las almas de quienes tuvieron el privilegio de estar presentes.
El concierto comenzó con FUERA (X3), uno de los singles previos al disco, toda una declaración de intenciones para dar el pistoletazo de salida y que define perfectamente la esencia de Trance. A partir de ese momento, Sienna condujo al público por un recorrido introspectivo y envolvente, pasando por temas como Cristales en mi mente, Un poco cabrón y Tengo que soltar. Cada interpretación fue una obra de arte en sí misma, con arreglos meticulosos y una ejecución impecable por parte de la banda.
Uno de los momentos más destacados de la noche fue cuando Sienna interpretó Quiero que aparezcas aquí, una canción que forma parte de Melancolic. Resonó con una fuerza especial, un inicio con Alex a piano y voz que se transformó con un simple golpe en el que se unió toda la banda, en una canción con muchísima fuerza y presencia. La emoción palpable en su voz, combinada con la maestría instrumental de sus músicos, creó una atmósfera mágica que dejó sin aliento a todos los presentes.
La puesta en escena también jugó un papel fundamental en la experiencia del concierto. Las luces sincronizadas al tempo y la concordancia de colores, los visuales basados en los últimos videoclips servían como conexión constante con el disco. La disposición del escenario y el juego que se realizó tanto dentro como fuera de él estaban cuidadosamente diseñados para complementar y realzar la música, creando un espectáculo visual tan impactante como el sonoro.
Sienna, con su carisma y sensibilidad, no solo demostró ser un artista con todas las letras, sino también un narrador de historias a través de sus canciones. Cada tema interpretado durante la noche fue un capítulo de un libro que invita a ser leído una y otra vez.
El cierre del concierto fue apoteósico. Con Esto no es el cielo, Sienna y su banda se despidieron de un público que los ovacionó, agradecido por haber sido partícipe de una velada tan especial. La conexión entre el artista y sus seguidores fue palpable, evidenciando el cariño y la admiración mutua.
En resumen, el concierto de Sienna en Madrid fue mucho más que una simple presentación musical; fue una experiencia transformadora que reafirma el talento y la profundidad artística de un músico que sigue evolucionando y sorprendiéndonos con cada nuevo paso en su carrera. Trance no solo es un disco, es un viaje emocional que invita a todos a sumergirse en él, y el concierto del pasado jueves fue la mejor muestra de ello. Estamos seguros de que muy pronto veremos a Alex en los escenarios más grandes de nuestro país.
 el pasado 30 de mayo de 2024.){kind=link}