2022 nos dejó grandes álbumes y no podíamos dejar uno de los mejores sin reseñar en profundidad. Depresión Sonora lanzó en noviembre su primer LP, El Arte de Morir muy Despacio, con el que ha consolidado su posición en la escena musical. Tras el éxito de sus primeros EPs, que traspasaron fronteras, este álbum estaba muy anticipado y no ha decepcionado, sin dejar de sorprender tampoco. Los adelantos ya nos dejaron ver las tres partes que nos iba a presentar y la evolución en su sonido, más trabajado y limpio, sin perder sus ritmos post-punk y evolucionando hacia el lo-fi.
La primera parte, Introducción a la entropía, da el pistoletazo de salida con unos cambios de ritmo que nos ayudan a entrar en onda, conectando con el caos desde la aceleración hasta llegar a un clímax calmado. Con Bienvenido al Caos tenemos la primera gran puesta en escena del post-punk de este álbum. El ritmo es jovial y divertido, con cajas rítmicas marcando el tampo y una guitarra que gobierna la melodía. Así hace referencia a la locura de empezar a ver el mundo con los ojos inocentes de quién está creciendo, enamorándose por primera vez y enfrentándose a los primeros retos de la vida. El amor se mantiene como tema recurrente en los siguientes temas, tanto con la oscuridad de Veo tan Dentro por las inseguridades que produce, como en la calma de quién disfruta de esos primeros grandes momentos con Dos Adolescentes y su Primer Amor.
El bloque oscuro es el de La Abrazo con Fuerza (Carta a la soledad), que cambia hacia un estilo más lo-fi, con sintetizadores y ritmo lento. Llegamos a Te Mientes a ti mismo para Ser Feliz, tema central y probablemente el mejor del álbum. La unión del estilo post-punk con los sintetizadores, una letra que te lleva directamente a cuestionarte a ti misma como persona y un trabajo finísimo de producción dan un resultado sublime, potente y con carácter. El ritmo explota, literalmente, en Voy a Explotar y concluye esta segunda parte. ¿Y qué nos ha contado aquí? Que el caos puede ser demasiado.
Para culminar el relato, llega la parte de Muerte y Resurrención. El tema de transición es un manifiesto a que la vida sigue, hablado y con una melodía que podríamos incluso llamar shoegaze. Esta esencia de superación se nota en Fumando en mi Funeral y Dónde están mis Amigos, en los que se va introduciendo de nuevo el post-punk. Como todo el Mundo es un colofón divertido y entusiasta, un canto a la alegría de vivir (o morir muy despacio).
Lo conciso, coherente y cohesionado que resulta ser este álbum es lo que mejor lo describe. Hay temas que admiten interpretaciones, por supuesto, pero la historia queda clara. Depresión Sonora ha dado un paso hacia adelante sin caer en falso y sin repetir las mismas fórmulas que ya había utilizado. Todo esto sin dejar tampoco de ser un álbum personal, que lo podemos hacer colectivo. Marcos canta por una generación que vive entre la nostalgia y la incertidumbre y para que también encuentre una manera de vivir entre todo este caos.
