InicioEntrevistasDepresión Sonora: «Aprender el arte de morir muy despacio es aprender a...

Depresión Sonora: «Aprender el arte de morir muy despacio es aprender a vivir de alguna forma» (2022)

-

Fotografías: Eli Quevedo (@ellieatgigs)

Cuando uno escucha la primera pista de El arte de morir muy despacio, disco de Depresión Sonora que verá la luz el próximo 4 de noviembre, no sabe muy bien si está despertando o si está empezando, en sueños, un viaje. Ese es justo el propósito de Marcos Crespo. El álbum debut del artista madrileño cuenta su historia en tres actos: primero gana consciencia sobre el mundo que le rodea, después se enfada por el dolor que conlleva saber lo dura que es la realidad y termina sintiendo que, pese a todo lo anterior, al menos «la vida es nuestra, es de los vivos», canta en Dónde están mis amigos, penúltimo tema del disco.

El arte de morir muy despacio es darle la vuelta a la idea de que quien lo practica está aprendiendo a vivir. Depresión Sonora coge lo que le pasa, lo mira a través del prisma de la melancolía y entonces surgen primero el sentimiento y después el aprendizaje. Enamorarse le da miedo, pero le resulta inevitable. Se asusta si no encuentra a sus amigos, pero luego recuerda que siempre han estado ahí.

Hablamos con Marcos sobre Depresión Sonora, un alias al que considera «el antagonista de su persona», sobre la nostalgia que sentimos por cosas que no nos han pasado a través de la música y sobre un disco con el que se pueden desmontar dos ideas: su género no es únicamente el post-punk y sus canciones no son siempre tristes.

El disco empieza con Introducción a la entropía. Es un comienzo muy curioso porque primero creas atmósfera, envuelves al oyente y acabas la canción con el sonido de un despertador. ¿A dónde lleva esta primera canción cuando la escuchas?

Esta Introducción a la entropía es como la introducción al desorden, a la vida que empieza después con Bienvenido al caos. Uno está encerrado dentro de sí mismo y va a llegar al mundo, es esa etapa tan adolescente. Te toca la hora de despertarte un poco y empezar a ser consciente de lo que es la vida en sí misma. Lo veo como un viaje, el sonido del principio me recuerda a un tren: empieza un viaje y te acabas despertando. A partir de ese momento empieza el disco.

Introducción a la entropía es la primera de las tres partes del disco: quería hacer unos interludios o unas transiciones entre las diferentes partes. Lo quería hacer con canciones más instrumentales en las que yo saliera hablando por encima.

Sobre el título de esta primera canción, entropía es un concepto complejo.

Complejo y científico.

¿Qué es para ti la entropía?

Para mí la entropía es el desorden. El desorden del mundo y de las cosas, de lo caótico que puede llegar a ser todo y el poco sentido que tienen las cosas a veces, pero que son así y punto. Es hora de levantarse, hay que lidiar con el mundo y con la vida en general.

Decías que tienes esas tres canciones, que son como tres interludios. A nivel de composición son diferentes de las demás. ¿Están relacionadas entre sí, hay una historia entre las tres partes?

Sí, es todo un viaje continuo y está estructurado en tres actos. La primera es como una introducción, por eso se llama así, la segunda es como un nudo muy tenso y muy oscuro, y al final llega el desenlace, esa muerte y resurrección. La primera parte es mucho más inocente, es un descubrimiento bonito, en la segunda te sobrepasa todo lo que estás empezando a entender y a descubrir, te frustras, tienes mucho odio y mucha rabia, y esa tercera es explotar, ha llegado la catarsis, dentro de todo eso empiezas a valorar y a entender lo que es importante para ti. De alguna forma es aprender El arte de morir muy despacio, que es aprender a vivir de alguna forma, aprender esa enseñanza.

En Bienvenido al caos, dices «Siéntate aquí, ya somos unos cuantos». Antes, en Hasta que llegue la muerte decías «baila conmigo». ¿Puede que el sentimiento de este disco y de Depresión Sonora sea colectivo?

Creo que es un disco muy introspectivo y muy personal, pero es tan cotidiano que la gente se puede llegar a sentir identificada porque son unos procesos que acabamos viviendo todos. «Siéntate aquí, ya somos unos cuantos» es como: vale, todo esto que estás viendo a todos los demás nos ha pasado igual [risas].

DEPRESIÓN SONORA LO VEO COMO UN ANTAGONISTA A MI PERSONA, UNA FORMA DE CANALIZAR TODOS LOS SENTIMIENTOS EN FORMA DE MÚSICA

A la hora de hablar sobre la tristeza, ¿desde dónde se escriben las letras, desde lo personal, desde lo ficticio, desde fuera, desde dentro?

Todo parte desde la experiencia personal absoluta y de lo cotidiano, pero luego lo voy desarrollando. Sí que hay algunas canciones que están inspiradas en cosas que me han pasado, pero hay otras que son ficticias, a raíz de lo que me ha ido sucediendo yo me invento mis propias movidas, mis historias, y acaban saliendo las canciones.

Al hablar del amor sigue siendo Depresión Sonora, porque hay tristeza, pero las canciones son mucho más tiernas.

Yo no lo veo tan triste. Creo que juego mucho con la melancolía.

¿Puede ser que al hablar de amor relajes la carga, y ya no todo sea tan malo?

El disco tiene su parte en la que es todo una puta mierda [risas]. Pero siempre me ha gustado intentar ver lo bueno, lo positivo, desde lo malo, y encontrar una salida. En muy pocas canciones hablo únicamente de cosas malas y de tristeza exclusivamente. Siempre intento dentro de lo malo, buscar lo bueno y salir de eso, para que haya un aprendizaje.

¿Entonces, el ponerse tierno no es sólo con el amor?

Sí, por ejemplo, en Veo tan dentro, más que sobre el amor en sí, hablo sobre el descubrimiento del amor. Y sobre todos los miedos e incertidumbres que tienes dentro de eso, que es como «venga, intenta no pensarlo, intenta disfrutar, aprovecharlo, ya vendrá después todo lo malo».

¿Cuánto hay de personaje y cuánto hay de Marcos en Depresión Sonora?

Creo que es una parte dentro de mí. Depresión Sonora lo veo como un antagonista a mi persona, una forma de canalizar todos esos sentimientos en forma de música. Es una parte de mí, no es todo lo que soy yo, pero hay una gran parte dentro de Depresión Sonora.

¿En un universo paralelo, crees que hay un Depresión Sonora que es todo lo contrario, que hace pop y que siempre está muy contento?

Creo que no, porque al final escribir es una vía de escape, es una forma de sacar lo malo. Lo bueno sale solo y lo disfruto de por sí. Esto es más lo que se me queda enquistado y atascado, lo acabo escribiendo para sacarlo.

Creo mis canciones siempre van a tirar por ahí, porque es mi forma de expresar lo que necesito sacar, sobre lo bueno no me hace falta escribir. También hay cosas buenas, no todo es malo. Creo que hay canciones bonitas, muy alegres, sobre el descubrimiento.

EN MUY POCAS CANCIONES HABLO ÚNICAMENTE DE TRISTEZA, SIEMPRE INTENTO, DENTRO DE LO MALO, BUSCAR LO BUENO Y SALIR DE ESO PARA QUE HAYA UN APRENDIZAJE

Sobre el género de Depresión Sonora, leí que habías escogido el post-punk porque te ayuda a expresar lo que sientes. ¿Qué te aporta este tipo de música que no te den otras?

Creo que en un momento para ese mensaje le venía bien ese género, servía para transmitir eso. Podría haber hecho de cantautor o podría haber hecho cualquier otro género, pero surgió este y me funcionaba porque es un género muy simple y muy sencillo, entraba muy bien.

¿Crees que es tu género definitivo?

No. Ahora ya no digo que es post-punk, porque creo que tira también para otras cosas. Además, para gente que no está metida en esto, el término post-punk le suena muy raro y no lo entiende, mientras que la gente más pureta no me acepta tanto en muchos sentidos porque a nivel estético no tengo una estética post-punk, porque derivó mucho en la escena gótica, emo y todo eso, y yo para nada tengo ese aspecto. Mi forma de escribir dista en muchos sentidos de eso, cada vez reniego más de decir que es post-punk, que lo llamen como quieran. Me gusta pensar en lo que hago como Depresión Sonora: el concepto. La depresión sonora como concepto en general.

CADA VEZ RENIEGO MÁS DE DECIR QUE HAGO POST-PUNK, ME GUSTA PENSAR EN LO QUE HAGO COMO LA DEPRESIÓN SONORA EN CONCEPTO

El primer EP lo hiciste solo. Ahora ya llevas tiempo con Sonido Muchacho.

Un par de años, desde 2020.

¿A la hora de componer y producir en qué has notado el cambio? Tienes muchos más recursos, pero ¿eso implica también tener más libertad creativa?

La libertad creativa la sigo teniendo por completo. No me veo para nada capado en eso. Las canciones han surgido igual que surgieron las primeras, yo solo en mi habitación componiendo y haciendo mis maquetas. Lo que pasa es que ahora sí las he llevado a estudio y las he producido más, las he arreglado mucho más con ayuda de gente, con Miguel Grimaldo, con Harto Rodríguez. Pero creo que la base de todo es la misma. Al final sale del mismo sitio.

Cuando publicaste Historias tristes para dormir bien dijiste que era un EP terapéutico. ¿Lo es también este disco?

Muchísimo más. A nivel de disco también, te lo tienes que escuchar entero para llegar a entender lo que quiero decir con todo esto, cómo va pasando por los diferentes momentos y procesos dentro del propio disco. Creo que es más introspectivo y más personal, y creo que puede llegar a ser incluso más terapéutico dentro de todo eso.

Con lo que me dices de que hay que escucharlo entero, últimamente, cuando pregunto, me dicen que los discos están hechos para escucharlos de principio a fin, pero que luego lo más seguro es que el público se quede con dos o tres canciones.

Es una pena. A mí me gusta porque es el primer disco que hago. Ya que hago un disco me pongo y lo hago completo, que tenga un sentido, que tenga un concepto y que tenga un hilo entre todo lo que estoy haciendo, ya sea a nivel de sonido o nivel de letras, de lo que sea. Pero quería hacer un disco completo. Luego, que se vaya a perder, pues no lo sé, no me gustaría. Estoy contento con lo que he hecho. Supongo que sí, habrá ciertas canciones que gusten más y se quedarán ahí más presentes, pero yo quería hacer un disco.

Ya has anunciado la gira de presentación. Con canciones como Parte III, Muerte y Resurrección, donde encontramos spoken word ¿cómo se traslada este disco al directo?

Quiero hacer una cosa y me han dicho que es arriesgada, pero tengo ganas de hacerlo: quiero hacer el disco completo en orden. Dar mucho la turra [risas].

Sobre todo, porque he visto mucho todo este año que he estado girando, con muchas más bandas, que hay mucha tendencia en festivales y conciertos a que todo tiene que ser una fiesta, que todo tiene que ser bailar mucho y hacer mucho pogo. Así que me he planteado, a parte de generar esa fiesta, generar en la gente otro tipo de sentimientos y otro tipo de cosas, para que se pueda disfrutar desde más sitios el directo.

Última pregunta sobre el post-punk, porque ya hemos dicho que no. Es un género curioso en la actualidad porque, desde el presente, la gente lo utiliza para sentir nostalgia por un pasado que no ha vivido, por algo que no le ha pasado. ¿Te pasa lo mismo?

Yo eso lo relaciono más con el lo-fi, con ese sonido que suena a antiguo, y ciertos tipos de armonías y melodías que sí tienen un punto nostálgico. A mí me gusta mucho jugar con la nostalgia dentro de la música, pero el post-punk, por ejemplo, luego se divide en muchas cosas: el dark wave, que está dentro del género, no juega tanto con eso. Luego está también el post-punk mucho más cañero. A mí me gusta mucho jugar con esa melancolía y ese efecto lo-fi que te recuerde a cosas que no has vivido.

Pero creo que de lo que me hablas no es exclusivo del post-punk. Hay muchos más géneros. Es como el mítico canal de «Lo-fi hip hop chill para estudiar». No tiene nada que ver con el post-punk, pero también te genera ese sentimiento.

ES UN DISCO MUY INSTROSPECTIVO Y PERSONAL, PERO ES TAN COTIDIANO QUE LA GENTE SE PUEDE SENTIR IDENTIFICADA PORQUE SON PROCESOS QUE ACABAMOS VIVIENDO TODOS

El disco sale el 4 de noviembre. ¿Cuándo empezó a componerse?

Empezó a finales de 2020. La primera canción que hice, la hice antes que Gasolina y mechero, que es la más famosa del segundo EP. Llevo mucho tiempo con esto, intentando encajar las canciones dentro de mi concepto. Empecé a componer yo solo en mi casa, haciendo maquetas, y al año cuando ya tuve todo, me metí a preproducir con Miguel Grimaldo en su casa, arreglando baterías, buscando distintas cajas de ritmos y demás, haciendo sintetizadores para sumarle. Luego lo llevamos al estudio con Harto Rodríguez, que es donde lo grabamos y terminamos de darle forma a todo.

Al principio, la base fui yo en mi casa haciendo las canciones durante un año, componiendo, con mucho espacio entre las canciones, porque según iban surgiendo y viendo lo que quería decir lo iba haciendo. Estoy muy contento de haberlo llevado al estudio y haberlo grabado con ellos, he conseguido un sonido con una referencia que no sabía explicar. Pero al final he dado con el sonido que yo quería, es un sonido bastante personal dentro del disco, que es una cosa que no hay mucho por ahí.

¿Crees que es lo más personal que has hecho en cuanto a sonido?

No, porque el anterior EP también lo era, pero es cierto que esto tiene mucha más calidad a nivel de producción y a nivel de mezclas está muy bien, estoy muy contento con cómo suena. A nivel de sonido lo fi, porque no deja de ser muy oscuro y apagado, tiene ese sonido analógico, creo que está muy bien grabado y que suena muy bien.

¿Cuál es la canción qué más te representa del disco?

Uf, es complicado. Me podría enrollar mucho con todas las canciones. Creo que todas representan momentos distintos dentro de mi cotidianeidad y de mi vida, tengo momentos más nostálgicos, otros románticos, de estar enfadado, de alegría, como Dónde están mis amigos.

Donde están mis amigos es una canción que me gusta mucho porque es una conclusión dentro de darse cuenta de lo que realmente te importa y es valioso en tu vida, esa canción es muy importante para mí porque es darle esa importancia a la gente que te rodea y a tu gente cercana, y el apoyarte en ellos, el pensar ¿dónde están? No los encuentro, y al final darte cuenta de que siempre han estado ahí, siempre te van a apoyar. Tienes que abrirte y contar con ellos.

En ese tema haces referencia a las drogas. ¿Es un adorno? ¿Es simplemente para crear una narrativa en la canción o es más importante de lo que parece?

Creo que es más para crear una narrativa de la situación. Quiero decir eso, pero realmente la canción habla de una noche loca, frenética, en la que estás en algún sitio y estás buscando a tus amigos, pero no los encuentras. Es el «mierda, me he perdido, estoy solo», te sientes con miedo: qué está pasando, dónde estoy, no entiendo nada. Y los acabas encontrando y ves que están ahí, que siempre han estado contigo. Estaban en el baño, no te preocupes, es solo un miedo tuyo que has tenido en un momento concreto, están ahí y puedes contar con ellos, está todo bien.

Hay mucho sentimiento en este disco con todo lo que me cuentas.

Muchísimo. Hablo del amor de forma muy inocente. La de Dos adolescentes en su primer amor es la sensación de pensar que algo es increíble, mágico, que va a durar para siempre, y de repente darse cuenta de que no. Es el desengaño. Todo el desengaño con la vida lo llevo mucho a través del amor. Te piensas que estás solo, después de todo eso te llega la Carta a la soledad. Pero acaba con Dónde están mis amigos: te puedes apoyar en tus amigos, en la gente que te rodea, no tienes que llevarlo tú solo todo esto. El disco tiene mucho fondo, es para escuchárselo con calma.

¿Cómo crees que recibirá la gente un disco tan personal?

Creo que hay gente a la que le gustaba lo que hacía antes a la que no le va a gustar.

¿Por qué?

Porque la gente es muy pureta, quieren que sigas con lo mismo, sonando mal y que no avances. Es como «va, ya no mola», le pasa a muchas bandas. Pero creo que está mucho más madurado y que le puede entrar por las orejas a mucha gente que lo de antes no le entraba.

La gente se va a rayar cuando se lo ponga y escuche la introducción, porque va a quedarse como ¿qué? ¿por qué ha hecho esto? La segunda es durísima, es reventar a todo el mundo por completo, es pegarte una hostia, pero luego se acaba solucionando todo, es un disco que no quería que dejara mal sabor de boca y que la gente acabara con un bajón. Creo que en medio te da esa hostia, pero luego te va recuperando. La última canción es súper alegre.

Si pudieras decirle algo al público justo en el momento antes de que empiece a escuchar el disco, ¿qué le dirías?

Que primero piensen mucho en el título y en lo que puede significar y que lo escuchen con calma, que le presenten atención, que tiene muchos detalles. Funciona muy bien para escucharse temas sueltos que son muy divertidos y están muy bien, pero detrás hay más cosas y lo pueden escuchar con tranquilidad e irán descubriendo cosas de él: cómo hilan las canciones, cómo hacen referencias a distintas cosas y cómo va evolucionando el sonido. El arte de morir muy despacio es un disco completo a nivel de sentimientos.

AUTOR

¿Te gusta CrazyMinds? ¡Síguenos!

BUSCADOR

Y MUCHO MÁS...

spot_img
spot_img