InicioConciertosCrónica del Primavera Sound Barcelona (Parc del Fòrum, 2024)

Crónica del Primavera Sound Barcelona (Parc del Fòrum, 2024)

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Tercera jornada. Sábado 1 de junio

Merina Gris

Tuvimos que decidir entre ir al escenario Steve Albini, donde tocaba Hofe, o al Pull&Bear, donde tocaba Merina Gris, ambos grupos euskera programados a la misma hora. Nos decidimos por Merina Gris, una banda de Donosti que se autodefine como pop violento y que nos enamoró con su estética misteriosa de caras cubiertas por pasamontañas brillantes.

Sus temas en euskera, castellano e inglés transmiten melancolía y rabia, dirigidos a quienes nacimos en los 90 (o en cualquier otro momento). Los gritos ensordecedores en medio de sus canciones nos pusieron los pelos de punta, y los cambios de instrumentos fueron sorprendentes. La intensidad de su música y la pasión en su interpretación hicieron que cada momento del concierto fuera emocionante.

El recital nos encantó aún más con su versión punk-rock de Dancing on My Own de Robyn, que mantuvo la energía en alto. Su actuación fue un viaje de emociones que capturó la esencia de su pop violento y dejó una impresión duradera en todos los presentes. La fusión de melancolía y rabia, junto con su estilo visual único, hizo de este concierto una experiencia memorable.

Erika de Casier

La danesa Erika de Casier ha sabido ganarse un lugar destacado en la escena del R&B contemporáneo con su mezcla de sensualidad y sofisticación. Sí, el nuevo R&B de verdad. Lo demuestra no solo en su último y maravilloso disco, Still, sino también con las colaboraciones que ha hecho con artistas como Blood Orange o Shygirl. Incluso hace poco produjo una canción para el grupo de K-pop NewJeans, Super Shy, que acumula más de 500 millones de reproducciones solo en Spotify. Motivos suficientes para llegar pronto a la Boiler Room x Cupra y conseguir una de sus plazas limitadas.

Y suerte que llegamos con tiempo suficiente, ya que se formó una gran cola dejando a mucha gente sin poder entrar —pero que siguieron el concierto desde fuera de la Boiler Room, mirándolo entre las barras de la estructura—. Después de dos jornadas intensas, realmente la actuación de Erika de Casier se sintió como un bálsamo para el espíritu; se puso a cantar justo en el centro de la Boiler Room y su voz fue abrazando a cada una de las personas que la rodeaban. Esa mezcla de las bases del R&B con la nostalgia que desprenden las letras y las armonías de las composiciones de la artista danesa hacían mover lentamente a cada uno de los asistentes, que cerraban los ojos y asentían con la cabeza. Quizás un poquito más de sol ya hubiese convertido ese abrazo comunitario en una estampa idílica. Por si fuera poco, Erika de Casier nos escogió para ser los primeros en escuchar una nueva canción suya —ojo, producida por Nick León— que tiene todas las papeletas para ser una de las mejores de este 2025.

070 Shake

El concierto de 070 Shake, cuyo nombre real es Danielle Balbuena, artista de Nueva Jersey, comenzó a media tarde. Inició con su colaboración con Kanye West, Violent Crimes, creando una unión con el público desde el primer momento. Rápidamente pidió que se formaran espacios para los pogos, algo habitual en sus conciertos, y la energía se desbordó cuando interpretó Skin & Bones, animando al público a no parar de moverse.

La rapera continuó con su set, incluyendo su canción más conocida, Honey, que hizo que todos saltáramos y cantáramos mientras los pogos seguían con intensidad. La conexión con la audiencia fue palpable, con 070 Shake dominando el escenario con su carisma y estilo único. Conocida por su estilo que fusiona rap, R&B y elementos electrónicos, 070 Shake ha ganado reconocimiento por su voz distintiva y distorsionada y sus letras introspectivas. Además de sus colaboraciones con artistas de renombre como Kanye West, ha lanzado varios proyectos solistas aclamados, incluyendo su álbum debut Modus Vivendi y su último álbum, You Can’t Kill Me.

El concierto fue un viaje emocional y energético, destacando no solo sus éxitos, sino también su habilidad para crear una experiencia compartida y electrizante con su público.

Bill Kouligas

Ya que no había sido fácil entrar en la Boiler Room x Cupra, nos quedamos allí dentro bailando al ritmo de ⌭ IceMorph ⌬ ya que justo después entraba en acción —detrás de la mesa de mezclas— Bill Kouligas, fundador de PAN, uno de los sellos más vanguardistas e influyentes de la música contemporánea. Los DJ sets de esta eminencia griega, residente en Berlín, siempre suenan a algo nuevo, algunas veces más bailables y otras más cercanas al arte sonoro. ¿Qué tocaría en esta ocasión?

Ya con los dos primeros minutos de la sesión nos quedó claro que esta vez tocaba lo primero: bailar sin parar a lo largo de los sesenta minutos que Bill Kouligas estaría pilotando la Boiler Room. Así como PAN siempre ha destacado por dar cabida a nuevos sonidos y artistas que experimentan con él, el set que pinchó su fundador también estaba lleno de perlas en bruto, fragmentos y canciones muy lejos del mainstream. Esto daba constantemente una sensación de frescura y descubrimiento que estimulaba la mente a la par que enloquecía las piernas. Pura electrónica bailable llena de breaks y beats incisivos que marcaban el ritmo incesantemente e iban fluctuando entre el techno, el house, el hardcore e incluso algunos ritmos latinos. Un DJ set que no solo escuchamos y bailamos, sino que sentimos en lo más profundo.

Eartheater

Aún no había tenido la oportunidad de ver en vivo a Eartheater, hecho que cuanto más tiempo pasaba, más enigmática —pero también idealizada— me parecía su figura. Su estilo personal, fusionando universos crípticos, barroquismo digital y folk deforme siempre me ha fascinado. Además, justo antes de su concierto en el escenario Plentidue, cayó una buena lluvia y, aunque ya había aflojado, el ambiente se había quedado con un toque de humedad que le iba estupendo al mood de lo que estaba por venir.

A las 21:55 de la noche empezó a sonar la intro de Scripture y Eartheater salió a escena, con ese vestuario mezcla de futurismo y erotismo, con un toque de dominatriz, característico de la artista. Tocó principalmente temas de sus últimos tres discos —Powders, Trinity y Phoenix: Flames Are Dew Upon My Skin—, lo que fue muy bien recibido por los asistentes ya que eso significaba que no faltarían sus temas más conocidos, como por ejemplo Spill the Milk, Supersoaked, Crushing, Solid Liquid Glass, Mona Lisa Moan o High Tide. Todas ellas resonaron con una intensidad casi palpable, creando una atmósfera de misticismo y poder liderada por el carisma magnético de Eartheater. Ella se iba moviendo de un lado al otro del escenario, sin dejar de señalar a sus seguidores para hacerlos partícipes de la performance. Al otro lado, nosotros estábamos totalmente a su merced y dispuestos a todo lo que nos mandase la artista norteamericana; a esa fuerza uno no puede decir que no.

Algo que siempre me fascina de las grabaciones de estudio de Eartheater, además de los collages sónicos a nivel de producción, es todo el rango entre el que se mueve su voz, muy cristalina, y cómo esta fluctúa de los agudos a los graves en un instante. Y en el directo dejó claro que esto es real y que también lo realiza allí, sin filtros ni ediciones; con una interpretación vocal que aún pensándolo se me ponen los pelos de punta. Y, por si había alguna duda, cantó la maravillosa Below the Clavicle solo con la guitarra, dando así todo el protagonismo a las maravillas vocales que produce Eartheater. Cerrando con Clean Break y How to Fight, la artista no solo nos ofreció música, sino una performance completa que nos llevó a explorar los rincones más profundos de su arte. Cuando Eartheater vuelva, estaré de nuevo allí.

Bikini Kill

La icónica banda de punk Bikini Kill, finalmente, llegó a los escenarios del Primavera Sound, con toda la fuerza y rabia que las convirtió en leyenda década antes. Y decimos finalmente porque no ha sido fácil el camino: en 2022 tuvieron que cancelar su concierto en el festival barcelonés a última hora y en 2023 pudo venir Kathleen Hanna —voz principal de Bikini Kill— con su otro proyecto, Le Tigre, pero unos problemas técnicos evitaron que el concierto se pudiese disfrutar completamente. Pero esta vez no, llegaban las Bikini Kill, en su totalidad, sin problemas técnicos y con todo lo que nos gusta: guitarrazos, feminismo, canciones contestatarias y agresividad contra la norma patriarcal.

Con los primeros acordes de Statement of Vindication, pieza que abrió el concierto, la lluvia volvió a caer en el Parc del Fòrum de Barcelona. Pero para nada eso paró el concierto de las riot grrrl, al revés, hizo brillar aún más el carisma indomable y la voz poderosa de Kathleen Hanna, quien iba liderando al público en un grito colectivo de empoderamiento y resistencia, con una fuerza que ni la lluvia era capaz de parar. En el escenario Pull&Bear, Bikini Kill arremetió con sus grandes clásicos: Carnival, New Radio, Double Dare Ya, Demi Rep, Capri Pants… Y, obviamente, Rebel Girl, su claro himno, que se guardaron para el final y así cerrar por todo lo alto.

Con su mensaje combativo y su energía desbordante, ofrecieron un concierto que se sintió tan relevante y necesario como siempre. Si algo fascina de Bikini Kill —aparte de que sus integrantes, con casi sesenta años, tienen una fuerza y un aguante físico que más gustaría a muchos de veinte y treinta—, es que aun con una vida relativamente corta como banda en los noventa, su legado sigue siendo igual de impactante y necesario que entonces. Posiblemente por eso también su vuelta a los escenarios hace pocos años. Una hora de recital que pasó volando entre gritos y saltos, colores chillones, gotas de lluvia y este importante recordatorio de que la lucha feminista sigue tan vigente como el primer día.

Romy

En los últimos quince años seguramente la mayoría de nosotros se ha emocionado o ha llorado alguna vez escuchando la voz de Romy en las canciones de The XX. Si alguien me dijese que no, pensaría que me está mintiendo. Si, a lo largo de su trayectoria, el grupo británico cada vez presentaba propuestas más extrovertidas, el primer disco en solitario de Romy, Mid Air, sería la continuación. Y su paso por primera vez, en solitario, por el Primavera Sound Barcelona no nos lo podíamos perder, pues aquí siempre hemos sido fieles seguidores de la bonita tradición de llorar mientras bailas.

La última vez que recuerdo haber vivido claramente esta sensación en el festival barcelonés fue en 2019 con el concierto —ya histórico— de Robyn, en el que pensé más de una vez mientras estaba disfrutando del recital de Romy. Obviamente son artistas distintas, pero además de ese latido constante que no cesó en ningún momento en ambos conciertos, las dos demostraron ser expertas en crear un set lleno de emoción y ritmo. Romy tuvo suficiente en 60 minutos para poder presentarnos gran parte de su álbum debut, dejando ya grabado en la memoria de los asistentes actuaciones esperanzadoras como Enjoy Your Life, emotivas y melancólicas como Loveher o explosivas como Strong, tema que cerró el recital. Además, también tocó por primera vez en directo su último lanzamiento, Always Forever, recuperó el pasado en The XX con Angels, nos sorprendió con un remix de Into You de Ariana Grande y preparó el clímax de la fiesta con Lights Out, su colaboración con Fred again...

La característica voz de Romy combinada con el ritmo y las melodías dance-pop de sus composiciones convirtieron su concierto en una actuación memorable y una de las mejores de esta edición del Primavera Sound. Con un sonido impecable, cada tema resonaba con una honestidad y vulnerabilidad que solo ella puede transmitir. Romy logró conectar con el público de una manera especial, compartiendo momentos de pura alegría y reflexión a través de su música.

ATARASHII GAKKO!

Últimamente el Primavera Sound poco a poco nos va trayendo a Barcelona algunos de los nombres más interesantes del J-pop. Si el año pasado vinieron dos proyectos consagrados y con su exitosa trayectoria por tierras japonesas, como fueron Perfume y Kyary Pamyu Pamyu, este año ha sido el turno de una de las revelaciones más potentes del panorama nipón, las ATARASHII GAKKO!. Posiblemente en algún momento por TikTok te ha aparecido alguna de sus míticas poses, o quizás la coreografía que realizaron con Rosalía y que se hizo viral. No obstante, no te puedes imaginar realmente toda la energía que desprende su directo, en el que mezclan su propio J-pop con el punk y el hip-hop.

Las cuatro integrantes del grupo, Suzuka, Kanon, Mizyu y Rin, entraron como un torbellino en el escenario Cupra y solamente con su primera canción, Toryanse, ya dejaron encandilados a todos los fans que estaban ocupando las primeras filas —que iban chillando de la emoción y cantando, en japonés, los estribillos de varias canciones— y flipando a los que se habían reunido allí pero no las conocían. El magnetismo que desprendían las ATARASHII GAKKO! iba reuniendo cada vez a más cantidad de público que llegaba por curiosidad y se quedaba por asombro. En un espectáculo que combinaba música, baile y ese espíritu rebelde de las sukeban en las que han inspirado su imagen, las japonesas fueron repasando todos esos temas que las han llevado hasta el estrellato, de OTONABLUE a Tokyo Calling pasando por Suki Lie, Giri Giri o NAINAINAI, entre otras.

Sí que unas horas antes la lluvia había pasado por encima del Primavera Sound, pero la auténtica tormenta fue desatada por la energía inigualable de las ATARASHII GAKKO!. Sus coreografías sincronizadas y su actitud desbordante mantuvieron al público completamente entregado. Cada integrante mostró su personalidad única, creando un conjunto que es tanto divertido como subversivo. Su capacidad para fusionar tradición y modernidad, junto con su presencia escénica, destacó en el que fue, posiblemente, el acto más vibrante del festival. Solo podemos pedir una cosa, Primavera, no dejéis de traer propuestas de J-pop. ¿Nos animamos el año que viene con Hikaru Utada?

Charli XCX

Siempre se ha dicho que lo mejor llega al final. No sabemos hasta qué punto esto es real o no, pero en el caso que nos atañe, el último concierto que vimos en este Primavera Sound Barcelona 2024, el de Charli XCX, pasó al instante a ser uno de nuestros tres favoritos de la presente edición. Muchísimo ha llovido —aprovechemos la expresión por un día que llovió en Barcelona— para Charli desde ese Boom Clap que se volvió viral en 2014. Desde entonces, se ha convertido en una de las estrellas más innovadoras del pop actual con una gran capacidad para reinventar constantemente este género musical. Además, en esta ocasión llegó al festival barcelonés —su tercera vez en él— con su sexto álbum, Brat, a punto de ver la luz. Y, si mantiene el nivel de los avances que ha ido publicando, tiene pinta de que será uno de los discos del año.

Charli XCX ya comentó que Brat sería un disco de club que evoca la escena rave ilegal de Londres donde ella comenzó a actuar cuando aún era adolescente, su dance magnum opus. Y lo dejó claro con su actuación en el Primavera Sound. Con «tan solo» cuatro lonas y el juego de luces, el gran escenario Amazon Music se convirtió en todo un club. Encima solo estaba ella, pero fue suficiente su música, su voz y su energía inagotable para llenarlo todo y hacer enloquecer a todos los fans que se habían unido a su fiesta. En esta no faltaron ninguno de los temas que ha ido avanzando de su inminente nuevo disco: 360, B2b, Club Classics, 365 —y su remix—, la arrolladora Von Dutch e incluso un tema nuevo y totalmente inédito, Everything Is Romantic. Pero eso no fue todo, Charli conoce a sus fans y añadió alguna de sus canciones favoritas, como —la, me atrevo a decir, perfecta— Track 10 o Unlock It del Pop 2, Party 4 U del how i’m feeling now, Boys, Speed Drive o la canción que realmente marcó un antes y un después: Vroom Vroom. Tampoco se dejó del 1999, su colaboración con Troye Sivan, ni de la versión que hizo el año pasado de Welcome to My Island de Caroline Polachek.

Charli XCX deleitó al público con esta selección de algunos de sus mayores éxitos junto a las nuevas canciones de la era Brat, haciendo que todo el mundo saltara y bailara sin parar. Todo el directo se construyó con el objetivo de mantenernos a todos al filo de la euforia. La artista británica demostró una vez más por qué es una de las figuras más importantes del pop contemporáneo. Cerró el recital por todo lo alto, con I Love It, en el que colaboró con Icona Pop, dejando a todos los asistentes con ganas de más y de volverla a ver. Y con ese «You’re from the ’70s, but I’m a ’90s bitch» nos despedimos del Primavera Sound Barcelona 2024 y volvimos a casa pensando en cuándo volveríamos a ver a Charli y, sobretodo, cómo lo podemos hacer para ser unas tías tan chulas como ella.

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