Jueves: La sorpresa inesperada de Blur y esperanza para el viernes
Con tan poco tiempo, es muy difícil reubicar a tantas bandas en la ciudad, incluso habiendo tenido una planificación con muchas de ellas para el Primavera en la ciudad, y teniendo en cuenta que muchas de ellas iban a tocar en los próximos días en la edición de Primavera Sound en Oporto.
Sin embargo, a media mañana llegó una noticia que tuvo a los fans de Primavera Sound actualizando la aplicación oficial numerosas veces a lo largo del día. Blur, que estaban previstos como cabeza de cartel de la noche del jueves y que no tocaban en Madrid desde el año 2003, anunciaban un concierto de última hora en la sala la Riviera a partir de las 20 horas. Evidentemente, la cita era gratuita para todos aquellos que tenían abono, pero con un pequeño problema, y es que es imposible dar cabida a todo aquel que tiene entrada para un festival que espera en torno a 50.000 personas al día en un recinto que puede acoger a algo menos de 2.000. Para ello, se habilitó una cola virtual que se abriría a las 16 horas y que haría que los más rápidos obtuviesen su entrada. Aquí, en Crazyminds, fuimos uno de los afortunados que pudieron asistir a esta noche mágica.
Para el que esto escribe, un concierto de Blur es mucho más que un simple concierto. Junto a Oasis y Pulp, fue una de las tres bandas que, durante mi adolescencia, me abrieron a toda la música que ha sido protagonista de mi vida en los años venideros. Y, de hecho, la gira que los británicos ofrecieron en el año 1997 en Madrid para presentar The Great Escape fue el primer gran concierto al que acudí en mi vida, por lo que era una noche muy especial para mí.
Sin duda alguna, el concierto cumplió todas las expectativas creadas y mucho más. Aunque se produjese por unas circunstancias negativas, está claro que para las personas que pudieron acudir en la noche del jueves a la Riviera, este concierto fue todo un regalo. Posiblemente, nunca más se dará la oportunidad de ver a Damon Albarn y compañía en una sala de estas características en Madrid, por lo que había que aprovechar cada minuto al máximo.
Conscientes de la expectación que había creado su concierto, la banda británica se esforzó al máximo por ofrecer un concierto inolvidable en el que, evidentemente, fueron repasando los grandes éxitos de su trayectoria, aunque haciendo un pequeño hueco para dos temas del disco que están apunto de publicar en las próximas semanas. Pudimos ver a un Damon Albarn bromista y con ganas de interactuar con el grupo con ese irrefrenable carisma que le caracteriza, acompañado de un sonriente Graham Coxon a la guitarra y a un Alex James, que, aunque pasen los años, sigue manteniendo esa pose al bajo que siempre le ha caracterizado, mientras la rubustez de Dave Rowntree les ofrece pegada desde la batería.
Hubo momentos para cantar a pleno pulmón y emocionarse con The Universal o Tender, otros para los pogos más frenéticos con Song 2, Girls & Boys o Popscene, y mucha mucha emoción que nos hizo olvidarnos, durante dos horas, de la cancelación de la primera jornada y llenarnos de esperanza para lo que aún estaba por venir en este Primavera Sound.
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