«No existe una realidad única, cada uno tiene su propia realidad»
GRATEFUL DEAD
PENETRANDO EN EL ALMA DE LOS MUERTOS AGRADECIDOS
Grateful Dead (Muertos Agradecidos) es una de esas bandas indiscutibles que remueven las bases y estructuras de la música y de la sociedad, algo que dejaron bien patente en los años 60 y 70. Recordemos que aquellas revulsivas décadas fueron una auténtica sacudida mundial entre la juventud de gran parte del mundo, especialmente en UK y EEUU, así como en países afines. En España esta movida llegó tarde y diferente.
Grateful Dead se formó en el seno de ese tiempo tan convulso, cuando The Beatles, The Beach Boys y The Rolling Stones dominaban las esferas musicales de todo el mundo. La banda se fundó en la ciudad norteamericana de Palo Alto (California) en 1965, fecha marcada por la sangrienta Guerra de Vietnam y la fundación de The Doors y Pink Floyd.
Desde su nacimiento hasta su desaparición, Grateful Dead permaneció activo hasta 1995, año en que su líder Jerry García falleció a la edad de 53 años a causa de un ataque cardíaco provocado por su adicción a las drogas. Durante este periplo de 30 años, la legendaria formación marcó una prolífica historia musical repleta de maravillosas actuaciones y discos inolvidables, demostrando ser puros artífices del sonido y de la improvisación en directo.
A lo largo de su existencia, la agrupación estuvo constituida por los ya fallecidos miembros: Jerry García †, Phil Lesh † (fallecido recientemente el 25 de octubre de 2024), Ron «Pigpen», McKernan †, Keith Godchaux †, Robert Hunter †, Brent Mydland † y Vince Welnick †, John Perry Barlow †, y por los aun supervivientes Bob Weir, Bill Kreutzmann, Mickey Hart, Tom Constanten y Donna Jean Godchaux. De todos ellos, García, McKernan, Weir, Kreutzmann y Lesh formaban parte original de la banda.
La formación fue altamente reconocida por tener un estilo selecto de sonido. Fusionaba diversos géneros (rock, blues, jazz, folk, country, bluegrass, rock and roll, gospel, reggae, música del mundo) junto a la psicodelia de la época. Al mismo tiempo, fue célebre por el manejo creativo de la improvisación en sus conciertos en directo, en sus juegos con las formas y estructuras. Las canciones nunca sonaban igual, siempre se tocaban de manera distinta gracias a la que ellos mismos llamaban intuición entrelazada. Los films y documentales sobre la banda lo demuestran (ver).
Grateful Dead recuerda, en ocasiones, a CSNY, Jethro Tull, Frank Zappa, Jefferson Airplaine, Génesis, Allman Brothers, The Marshall Tuckers Band y a otros tantos de la década, todo ello amalgamado en su peculiar forma y estructura de sonido. Este sonidos, su amplísima discografía, actuaciones, iconografía y juegos vocales, generaron una devota base de fanáticos conocidos como Deadheads (Cabezas Muertas).
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Según Lenny Kaye (guitarrista, compositor, escritor y periodista musical estadounidense), conocido por su trabajo con Patti Smith Group, sus artículos musicales y antología retrospectiva sobre garage rock y psicodelia (Nuggets): «La música de Grateful Dead tocaba un terreno que la mayoría de otros grupos no sabían que existía. Por la variedad de sus influencias y estructura de sus directos, fueron y son considerados los padrinos y pioneros de las bandas de jam».
Dentro de su extensísimo palmarés, los Muertos Agradecidos fueron capaces de alcanzar el récord de mayor cantidad de álbumes Top-40 en las listas Billboard 200 (2024). Además, la revista Rolling Stone los clasificó (2011) el puesto número 57 de su lista sobre los 100 mejores artistas de todos los tiempos. También fueron incluidos en el Salón de la Fama del Rock and Roll en 1994, aparte de otros múltiples reconocimientos nacionales e internacionales.
HABLEMOS DE ROSAS, ESQUELETOS, CALAVERAS, OSOS Y TORTUGAS…
Cuando uno penetra en el universo de los Muertos Agradecidos pronto percibe ese extraño aroma iconográfico de muerte agradecida, repleto de rosas rojas, esqueletos dinámicos, calaveras sonrientes, osos y tortugas danzantes. La mayoría de estos iconos fueron plasmados en bellísimas y simbólicas ilustraciones que configuraron casi todas las portadas discográficas, carteles y objetos de la banda. Pero ¿Quién estaba detrás de esta imaginería tan peculiarmente bella?
La respuesta es muy simple, Stanley George Miller, más conocido como Mouse o Stanley Mouse, el artista estadounidense hacedor de todos los diseños gráficos de Grateful Dead, incluido su famoso logotipo Steal Your Face, conocido como la calavera relámpago o SYF.
Esta calavera muestra además un rayo que la divide por la mitad simbolizando la unidad de los opuestos y la fuerza transformadora de la música. El rayo consta de 13 puntas distintas, un detalle que ha dado lugar a diversas interpretaciones entre los fanáticos. Algunos creen que el número 13 tiene un significado espiritual, que representa la metamorfosis y el renacimiento. Otros sugieren que podría ser un guiño a la bandera estadounidense, con las 13 puntas simbolizando las 13 colonias originales.
Independientemente del significado, el rayo de 13 puntas ha cobrado vida propia y desde entonces se ha convertido en un símbolo independiente que representa la energía eléctrica y el espíritu de Grateful Dead. El símbolo apareció por primera vez en el álbum de 1976, Steal Your Face.
Otro interrogante estriba en preguntarse ¿por qué la banda usa esqueletos como símbolo? Según su historia, estos extravagantes personajes fueron presentados por primera vez por Stanley Mouse en la portada del álbum de Grateful Dead, comúnmente conocido como Skull and Roses (1971).
Los Dancing Skeletons representan la noción de abrazar la vida y vivirla al máximo, incluso frente a la mortalidad. Esta filosofía se adueñó de la banda hasta llegar a convertirla en una línea de existencia que aun sigue activa bajo diversas soportes merchandising (camisetas, ropa, joyería, esferas de relojes, lámparas y objetos de todo tipo).
En cuanto a las rosas cabe decir que expresan la dualidad de todas las cosas. Hacen referencia a aquello que hay que temer (las espinas que plantea la vida y el dolor que causan) y también aquello que, a la inversa, es lo más preciado: el amor: No es de extrañar pues que rosas, esqueletos y calaveras se fusionaran como el espíritu que movía a la banda: amor, dolor y vida en toda su extensa significación.
Otro de los símbolos queridos son los osos bailarines que representan el lado alegre y desenfadado de la misma de la vida. Originalmente creados por el artista Bob Thomas, estos osos coloridos y en movimiento aparecieron por primera vez en la contraportada del álbum de 1973, History of the Grateful Dead, Volume One (Bear’s Choice). Los osos se inspiraron en Owsley «Bear» Stanley, el ingeniero de sonido de la banda. Se pretendía que fuera un juego de palabras entre su imagen y su apodo (ver).
Finalmente tampoco hay olvidar las tortugas Terrapin que simbolizan la conexión de la banda con la naturaleza y el viaje espiritual de la vida. Las tortugas aparecieron por primera vez en la portada del álbum Terrapin Station (1977), que fue diseñado por Kelley and Mouse Studios. La canción que da título al álbum cuenta la historia de un grupo de tortugas que guían al oyente en su aventura por la vida, mezclando elementos de mitología y misticismo. A raíz de esto, se convirtieron en otro de los símbolos identificativos de la legendaria formación.
NUESTRA SELECCIÓN
Tratar de seleccionar los 5 mejores álbums de Grateful Deal es como bucear a través las densas aguas del mar de los Sargazos y encontrar una perla perdida entre sus frondosas algas. Su piélago discográfico es ciclópeo, especialmente los directos, su gran baza.
Esta selección del Top depende una vez más de los gustos personales y del estilo que se prefiera de ellos. Todos los discos son buenos, distintos. Contienen solos de guitarra sublimes, jam sessions épicas y baladas hermosas. Y es que los álbumes de Grateful Dead redefinieron los límites de la música estadounidense. Comencemos pues la resurrección sónica de los Muertos Agradecidos…
5. BLUES FOR ALLAH 1975
«La creatividad es el motor que impulsa el arte, sin ella no hay verdadera expresión»
Bajo esta portada impresionante se esconde un trabajo magnífico con un despliegue de pistas ajustadas a la calidad de la imagen. Temas como Help on the Way/Slipnok, The Music Never Stopped o Franklin’s Tower, son auténticas joyas.
El álbum posee una marcada influencia de jazz fusión, pero al mismo tiempo se mezcla con un sonido más experimental, influenciado por el Medio Oriente. Esto queda patente en Sage&Spirit y en Blues por Allah, tema que da el título al álbum.
En 1975 el álbum recibió críticas mixtas, pero con el tiempo ha sido elogiado por su asociación a nuevos estilos y por dar una mayor importancia a la improvisación en comparación con otros trabajos de estudio de la banda. El disco alcanzó la posición más alta en las listas, llegando a alcanzar la número 12 en los EE. UU. manteniéndose 13 semanas.
La portada presenta una imagen icónica de un esqueleto con pelo rizado tocando el violín, envuelto en una túnica carmesí y luciendo unas gafas de sol de cristal rojo bajo una sonrisa de tres palmos. Se muestra sentado en la ventana de una antigua pared de roca deleitándose son el sonido que emana de su instrumento. La obra, titulada The Fiddler (el violinista), fue pintada en 1974 por Philip Garris, y recibió la medalla de oro y el Premio al Mérito de la Sociedad de Ilustradores.
4. FROM THE MARS HOTEL (1974)
«Cada canción tiene su propia historia, su propia esencia, y es nuestra misión descubrirla y compartirla con el mundo»
Esta enigmática portada fue creada por Kelley/Mouse, autor de otras ilustraciones de la banda como American Beauty, Grateful Dead y Europe ’72 . La imagen muestra un hotel ruinoso enmarcado dentro de un hábitat onírico y con cierto aire ambiental a Roger Dean (portadas de Yes, Osibisa, Asia, Greenslade…)
En realidad, el Mars Hotel era una pensión abandonada en la 192 Fourth Street de San Francisco. Había sido la residencia temporal del escritor Jack Kerouac y anteriormente utilizado como escenario del video promocional de David Bowie para The Jean Genie. El edificio fue demolido durante la remodelación de Yerba Buena, cuyas imágenes se ven en The Grateful Dead Movie, siendo ahora un espacio dedicado a la Sala de Exposiciones Moscone West.
Podemos decir que el álbum cautiva ese instante donde la formación trascendía sus propios limites creativos y sonoros, tratando de buscar y experimentar con nuevas alternativas. Cada pista añade un estilo exclusivo, y muestra los desiguales influjos de la banda y su alto tonelaje para trasferir emociones muchas veces ocultas para nosotros mismos.
El título principal del álbum, Ugly Rumors, aparece escrito en tipografía compleja y en modo inverso, de tal manera que solo puede leerse al derecho cuando se refleja en un espejo. Pero al margen de esta originalidad, la portada y el disco han generado una mística especial entre los seguidores de la banda, hasta tal punto que se han creados múltiples visiones artísticas del hotel y de su relación con Grateful Dead como puede percibirse en las imagenes de más arriba.
3. TERRAPIN STATION (1977)
«No hay barreras ni límites en la música, solo hay infinitas posibilidades de exploración y expresión»
Terrapin Station es un disco adorado y poco valorado al mismo tiempo. Personalmente me encanta, sobre todo Estimated Prophet que tiene un marcado toque de reggae jamaicano, y Terrapin Station Meddley que me recuerda a las melodías sincopadas de Frank Zappa con toques corales a The Beatles.
Jerry García concibió la idea del disco mientras atravesaba el puente que comunica Richmond con San Rafael. El álbum alcanzó el puesto número 28 en la lista de álbumes de Billboard y alcanzó el estatus de disco de oro en 1987. Fue votado con el número 848 en la tercera edición de Colin Larkin (2000)sobre los 1000 mejores álbumes de todos los tiempos.
La portada fue elaborada por los estudios Kelley / Mouse. Las tortugas marinas tocando instrumentos en la portada fue dibujada por Heinrich Kley. Esas tortugas bailando se convirtieron en parte de la iconografía de Grateful Dead. Pero… ¿por qué tortugas marinas?
Según la banda, representan una conexión entre el espíritu (la esencia) y el cuerpo (la protección). De ahí que se asocien a la vida y a la longevidad. La contraportada presenta una calavera estilizada de un solo ojo con un hueso cruzado, plumas y rosas.
2. WORKINGMAN’S DEAD (1970)
«No importa lo que digan los críticos, la música es algo subjetivo y cada persona tiene su propia conexión con ella»
Estamos ante un álbum excelente. Rolling Stone lo definió como el mejor álbum de 1970, seguido por Déjà Vu de Crosby, Stills, Nash and Young y Moondance de Van Morrison. En 2003 la misma revista lo colocó en el puesto número 262 de su lista sobre los 500 mejores álbumes de todos los tiempos. Además, fue votado por Colin Larkin con el número 371 entre los 1000 mejores álbumes de todos los tiempos.
Las letras de las canciones reflejan una vieja América oxidada y extraña, una América que tal vez nunca existió. De ahí que la cubierta del disco sea monocromática, añeja y de tono sepia. La fotografía original fue tomada en 1199, concretamente en la Evans Avenue en San Francisco.
El primer tema del álbum, Uncle John’s Band, lleva al sonido de CSYN, Buffalo Springfield, América y similares, un estilo de sonido con voces corales muy clásicas de aquellos tiempos de rock sureño. Todo el disco refleja una extrema belleza acústica, especialmente New Speedway Boggie, que recuerda a Stephen Stills. El punteo de guitarra en Cuberland Blues es sublime. En cuanto Black Peter es puro deshielo emocional, un auténtico blues de tono bajo que estremece la piel.
1. AMERICAN BEAUTY (1970)
«La música es una forma de terapia, puede sanar heridas emocionales y ayudarnos a superar momentos difíciles»
Para la gran mayoría de críticos y seguidores es el mejor álbum de Grateful Dead, una continuación del fantástico Workingman’s Dead. El título podría entenderse como una sátira sobre la falsa belleza norteamericana, sus ideales individuales y la satisfacción personal, olvidando la necesidad de trabajar en conjunto para alcanzarlos. Es un disco de puro folk rock y country.
American Beauty entró en la lista Billboard 200 alcanzando el puesto número 30 durante 19 semanas (1971). Fue certificado de Oro (1974) por la Recording Industry Association of America, y luego alcanzó la certificación de Platino y Doble Platino en 1986 y 2001. En 2003, el álbum ocupó el puesto número 258 en la lista de los 500 mejores álbumes de todos los tiempos de la revista Rolling Stone.
MENCIONES ESPECIALES
ANTHEM OF THE SUN (1968)
«La improvisación es el alma de la música, es la capacidad de dejarse llevar por el momento y crear algo único»
Se trata de un trabajo especial, atípico, experimental, muy disímil y de compleja digestión, sobre todo teniendo en cuenta lo anterior de la banda. Prácticamente supuso un nuevo concepto musical. Es un disco ácido, inquietante, bello, infinitamente explosivo y enloquecido, pura psicodelia 60.
En 2003 y 2012, Rolling Stone lo clasificó en el puesto número 288 en su lista sobre los 500 mejores álbumes de todos los tiempos. También fue catalogado en el puesto número 376 en el libro de Colin Larkin, All Time Top 1000 Albums (2000). En 2015, Ultimate Classic Rock lo incluyó en su lista de los 100 álbumes de rock de los 60. Es un álbum representativo para fans de la complejidad psicodélica.
WAKE OF THE FLOOD (1973)
«La melodía es el hilo conductor de nuestras emociones, nos lleva a través de un viaje de altibajos»
Otro trabajo también muy especial pero distinto al psicodélico Anthem for the Sun. Fue el primer álbum de la banda tras el fallecimiento de Ron «Pigpen» McKernan, sustituido por Keith Godchaux, quien marcó su influencia jazzística en la formación. Su mujer, Donna Jean Godchaux, también aparece en el disco como vocalista y en los coros.
La portada del álbum fue diseñada por el artista contracultural Rick Griffin . La imagen tiene una tonalidad térrea e incluye una figura encapuchada con un fardo de trigo y una guadaña, reflejando los ciclos de la naturaleza: vida y muerte. El artista comentó que para crear la imagen se inspiró en una cita del Apocalipsis: «El oscuro mar entregó los muertos que había en él, y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; así fueron juzgados cada uno según sus obras».
Wake of the Flood llegó al Top 20 obteniendo mejores resultados en las listas de éxitos que los álbumes de estudio anteriores. La compañía que publicó el disco, Grateful Dead Records, se disolvió en 1976, hecho que provocó que el álbum desapareciera del mercado durante una docena de años hasta que volvió a publicarse en formato CD a finales de 1980.
GO TO HEAVEN (1980)
«La música es una forma de protesta, una manera de expresar nuestras ideas y luchar por un mundo mejor»
Es otro de los especiales. Durante mucho tiempo fue considerado como uno de los menos populares entre los fieles de los Dead. Con el tiempo se ha demostrado que musicalmente es un buen trabajo. Representa un punto evolutivo del sonido de la banda. El álbum logró meterse en el Top 30 de la lista de álbumes pop estadounidenses, por lo que al final fue un éxito.
COMPLETE RARITIES STUDIO AND LIVE COLLECTION (2013)
Se trata de una colección especial y exclusivamente digital que reúne todas las pistas de estudio incluidas en las cajas Golden Road y Beyond Description. Contiene material maestro que merece la pena oír, sobre todo para aquellos nuevos oyentes que buscan tener una idea general del sonido Dead. La mayoría de los pistas son buenos registros en vivo, algunas incluso son extraordinarias. También hay una buena selección de canciones descartadas y ensayos de estudio. Sin duda, es una recopilación de lujo.
SHAKENDOWN STREET (1978)
Es uno de los más especiales de la banda. La portada es obra del artista underground Gilbert Shelton. Presenta la reinvención de la zona donde los Dead tenían sus instalaciones y donde los Deadheads se mezclaban con los asistentes a los conciertos para la compra y venta de entradas, artículos, carteles y cualquier cosa relacionada con la temática de Grateful Dead.
Los personajes ilustrados de la cubierta se parecen a The Fabulous Furry Freak Brothers, también de Shelton. En la contraportada aparece el enigmático Invisible Pimp (originalmente apodado Doo-Dah Man), un personaje ataviado con un traje verde que hace girar el llavero de su cadena de reloj mientras chasquea con los dedos. Este protagonista se convirtió en uno de los muchos íconos asociados a Grateful Dead, apareciendo en todo tipo de arte oficial y producido por sus fans.
Musicalmente hablando, el álbum está lleno de sorpresas. Arranca con el más puro estilo latin y luego se transforma en un cúmulo de ritmos dispares que lo convierten en un disco fascinante. Es el fiel reflejo de su portada: barrio, personajes underground, trapicheo, tráfico, caos y sobre todo una tremenda necesidad y capacidad de la banda por reinventarse, convirtiéndola como muy dificil de encasillar. La canción que da título es un claro ejemplo de ritmo bailable.
En general, Shakedown Street es un gran álbum, lleno de temas interesantes y de influencias que Grateful Dead aún no había utilizado. Sorprendentemente es un disco muy subestimado pero curiosamente distinto. Muchos lo definen como Disco Dead, por reflejar ritmos muy bailables de corte discotequero, hecho por el cual muchos fans acérrimos rechazan el álbum.
TRES DIRECTOS DE LUJO
Desde un principio dije que las actuaciones en directo de Grateful Dead son la parte esencial de su trayectoria. No solo porque eran buenos con el sonido en grandes espacios, sino porque la improvisación fue su sello distintivo y eso enloquecía a sus seguidores quienes por décadas, grabaron, debatieron y guardaron metódicamente las improvisaciones de la legendaria banda de sus más de 2300 conciertos, aparte de los que ofreció Bob Weir (aun vivo) tras la muerte de su gran amigo Jerry García.
A lo largo de los años, sus experimentos con audio a gran escala en los conciertos fueron increíbles, incluso escribieron libros y crearon lo que ahora se conoce como súper alta fidelidad en los macro espacios exteriores (el muro de sonido lo llamaban). Existen artículos realmente interesantes sobre ello, como aquel que narra como Bear se paseaba en una mini motora sincronizando los retrasos en los altavoces que estaban más lejos de la banda, para así tener en cuenta la velocidad del sonido y la distancia del escenario.
Y es que los Grateful Dead supieron crear una cultura de comunidad entre sus seguidores, revolucionaron el concepto de gira musical cuando alentaron a sus seguidores a grabar los conciertos en radiocasetes y abrieron el camino a otras bandas con innovaciones, como crear su propia oficina de venta de boletos.
El ex presidente Barack Obama, uno de los tantos políticos estadounidenses que admiran a los Grateful Dead, escribió una dedicatoria: «Los Dead tienen la creatividad, la pasión y la habilidad de unir a la gente que hace que la música de Estados Unidos sea tan grandiosa».
LIVE/DEAD (1969)
2. EUROPE ’72’ (1972)
3. GRATEFUL DEAD – CORNELL UNIVERSITY – ITHACA, NY (1977)
VIDEOS IMPRESCINDIBLES
BAJANDO EL TELÓN
Para cerrar la obra solo hay que decir que las grandes bandas existieron y dejaron un legado que siempre estará presente entre nosotros. Es la estela infinita que deja tras de sí un gran trabajo y una excelente aportación a la historia. Grateful Dead fue y sigue siendo una de esas formaciones que, de una manera u otra, van más allá del puro testamento sónico. Dejaron influencias de todo tipo, incluso una cultura basada en símbolos, arte, ropa, joyas, accesorios, objetos decorativos, libros, carteles y toda clase de artilugios, eso sin contar su habilidad por la improvisación en vivo, su atrevimiento por experimentar, sus letras y filosofía y sus aportaciones a la ingeniería sónica. Todo ello veneró un culto que todavía pervive. Pocas bandas pueden lucir de semejante legado.
Cabe recordar que sus shows en vivo estaban completamente separados de su producción de estudio, y se basaban en improvisaciones de forma libre compuestas por presentaciones extendidas y variaciones de sus canciones. Ellos mismos aseguraban que sus shows nunca eran iguales.
Aunque la banda grabó solo 13 álbumes de estudio entre 1967 y 1989, se formó toda una mítica contracultura alrededor de sus giras, e incluso irrumpieron en el mainstream con cierto éxito comercial. Grateful Dead acabó con el fallecimiento de su líder, Jerry García pero su presencia nunca se desvaneció. Los proyectos derivados se extendieron décadas después, y las grabaciones de archivo publicadas periódicamente de sus múltiples conciertos siguen ayudando a las nuevas generaciones de Deadheads. Es el legado imborrable de los muertos eternamente agradecidos. Como bien finaliza Bob Weir en el documental sobre Grateful Dead:
«No estoy orgulloso de nada, no confío en el orgullo, pero cuando te das cuenta de que todos somos uno, puedes estar orgulloso de formar parte de esta gigantesca entidad que somos. La vida es increíblemente profunda, resonancias y reverberaciones sin fin a lo largo del tiempo y del espacio. Y comprender todo eso es algo que hay que tomar con calma. Mi vida me ha enseñado a buscar lo intemporal y eso es lo que intento»