10. Guitarricadelafuente – La Cantera
El primer álbum de Guitarricadelafuente es una vuelta a las raíces, un paseo por los más tiernos recuerdos e historias que nos conectan de generación en generación. Es un disco para volver a encontrarse a través de canciones que llenan el alma. Los toques castizos, la sensibilidad, la autenticidad y el buen gusto definen la música de Guitarricadelafuente en La Cantera. Lee nuestra reseña completa, por Elena Jordán.
9. Yawners – Duplo
Duplo es un tobogán acuático justo en el día más caluroso del verano. Sin hacer cola para subir. Es hedonismo pop. El segundo disco de Yawners garantiza un buen rato de melodías pop y guitarras potentes, de pastillas humbucker, de overdrive y de sonrisas. Tu Cumpleaños funciona como clímax y la colaboración con Cala Vento en Paranormal, redondean un álbum de fácil escucha, de asimilación inmediata, una píldora de éxtasis con sabor a oso de gominola de fresa. Lee nuestra reseña completa, por Guillermo Vázquez.
8. Leon Benavente – Era
La fuerza y la lírica se juntan para dar forma a este gran disco, que demuestra la buena forma en que se encuentra la banda de Abraham Boba una década más tarde. Texto por David López.
7. Egon Soda – Bellaurora
El disco más hermoso de Egon Soda cautiva sin abandonar sus intrincadas letras. La crítica deja de ser la principal protagonista para dar paso al amor, la belleza y a una sencillez en algunos cortes que contrastan con las interpretaciones de algunos de los mejores músicos del país. Texto por Jorge Ocaña.
6. Rigoberta Bandini – La Emperatriz
Aunque sus canciones han sonado durante mucho más que 2022, esta ópera prima recoge la esencia de Paula Ribó. Podrás quererla, podrás odiarla pero al final es tan especial lo que nos trae que no causa indiferencia. Sus ganas de arriesgar la han llevado muy lejos, y en este disco podemos revisitar todas estas texturas. Texto por Vanesa Carro.
5. Nacho Vegas – Mundos Inmóviles Derrumbándose
Este disco es una obra maestra sobre la soledad y sus vericuetos. El músico y el poeta en plenitud. ¿En estado de gracia? La respuesta corta es sí. Nacho Vegas ha desarrollado a través del tiempo el poder de Sísifo, el don de la palabra y la reinvención acercándose de nuevo a ese desierto vacío que arde por dentro, en los precipicios del ser, pero sacando agua de las piedras, a la altura de los grandes letristas y trovadores, sublevando el habla y el sonido, colocándolos en un pedestal. Un disco apabullante y hermoso, el dolor convertido en arte, en vehículo espiritual que abre y cierra las heridas de la existencia que no deja de asestar golpes. El corazón y la inteligencia al servicio de los instrumentos y la palabra cantada, el poema musicalizado; como se quiera ver es este quizá, el mejor disco de los últimos tiempos que ha creado el artista de Gijón. Grande Nacho Vegas. Texto por Alejandro Arechandieta. Lee la crítica completa.
4. Depresión Sonora – El Arte de Morir Muy Despacio
Cuando uno escucha la primera pista de El arte de morir muy despacio, disco de Depresión Sonora que verá la luz el próximo 4 de noviembre, no sabe muy bien si está despertando o si está empezando, en sueños, un viaje. Ese es justo el propósito de Marcos Crespo. El álbum debut del artista madrileño cuenta su historia en tres actos: primero gana consciencia sobre el mundo que le rodea, después se enfada por el dolor que conlleva saber lo dura que es la realidad y termina sintiendo que, pese a todo lo anterior, al menos «la vida es nuestra, es de los vivos», canta en Dónde están mis amigos, penúltimo tema del disco. El arte de morir muy despacio es darle la vuelta a la idea de que quien lo practica está aprendiendo a vivir. Depresión Sonora coge lo que le pasa, lo mira a través del prisma de la melancolía y entonces surgen primero el sentimiento y después el aprendizaje. Enamorarse le da miedo, pero le resulta inevitable. Se asusta si no encuentra a sus amigos, pero luego recuerda que siempre han estado ahí. Texto por Paula Pérez de Lema. Lee nuestra entrevista con Depresión Sonora.
3. Carolina Durante – Cuatro Chavales
El disco con más estribillos coreables, pogueables y chillables en el salón de tu casa, de los últimos años. Tiene eso que escuchas por primera vez una canción y ya te la sabes. Seguramente porque todo lo que cuentan también te ha pasado a ti. Un poco el emoji de carita loquita lengua fuera. Carolina Durante no fueron un one hit wonder -tíos, furbito, autoconsciencia, no puc més- se han convertido en lo que ya vaticinaron, tu nuevo grupo favorito, la banda sonora de nuestras vidas. Texto por Eva Sebastián.
2. Los Estanques y Anni B Sweet – Burbuja Cómoda y Elefante Inesperado
La unión de dos mundos aparentemente distantes confluye bajo la producción de Íñigo Bregel en un disco de cambios inesperados sobre texturas en las que no da tiempo a ponerse muy cómodo; burbujas y elefantes, psicodelia y finura, Los Estanques y Anni B Sweet. Texto por Jorge Ocaña.
Una colaboración que necesitábamos como el comer y se ha cumplido con un disco redondo. Bello, sensual y divertido a partes iguales. Coge lo mejor de la banda y de la voz de la artista malagueña. Brillante. Texto por Sebas Pacheco.
Estamos ante un proyecto que es mucho más que la suma de las partes. La unión de talentos se plasma en un disco con personalidad propia, que supone un excitante viaje plagado de psicodelia y sonidos caleidoscópicos. Esta alianza ha sido la revelación de este año, esperemos que esto no haga más que crecer porque es realmente apasionante todo lo que puede dar de sí de ahora en adelante. Texto por Javier Decimavilla.
1. Rosalía – MOTOMAMI
¿Te imaginas no poner Motomami como mejor disco nacional de 2022? Menudo bochorno. Si hay gente negando que cuando Rosalía ha llegado al hueso, al esqueleto, a lo indiscutible y esencial de cada genero, y lo ha sabido entrelazar, retrabajar, reposicionar y crear algo así como una cadena de adn musical impecablemente único, que no me hable. Es la artesana más dura del género. Si es que hay género, porque ella los ha partido todos. ¿Y lo mejor? La tía ha hecho lo que le ha dado la real gana y se lo ha pasado de puta madre haciéndolo. Es tan sincero y juguetón al mismo tiempo que ha logrado que la vanguardia, lo experimental, se convierta en el mayor éxito mainstream de nuestras listas. Texto por Eva Sebastián.
Rosalía es un regalo, no hay más. Artistas como ella hacen mejor el panorama musical. Experimenta, juega, sienta bases y, cómo no, lo hace bien. Con MOTOMAMI ha demostrado la gran versatilidad que posee y no ha hecho más que crecer. Es una obra fascinante llena de momentos grandiosos, otros no tanto, pero que, en conjunto, tiene todos los ingredientes para merecer la etiqueta de álbum del año. Texto por Vera Cordeiro.
Aunque el nuevo disco de Rosalía no puede sonar más a mixtape, tras él, se esconde un puzzle urbano que disgrega los engranajes del reggaeton, siempre desde su experiencia personal. Dota a sus letras con patrones rítmicos, desnudando todos sus temas, para crear un artefacto claroscuro, de aristas suaves y punzantes. Atrás quedó la etapa de El Mal Querer, porque aquí se disfruta ese mal desear. Encontrando esa oscura vertiente de la fama, de esa dicotomía que ha vivido, y de los entresijos emocionales que le ha causado llegar hasta la cima del éxito. Texto por Alicia Escribano.
Es cierto que la mayor parte de los oyentes de Rosalía pensábamos en su primer disco y en que seguiría esa línea musical. Pero no, y qué suerte. Motomami es una mezcla armoniosa de sonidos, con altos y bajos. La producción es impecable y la innovación de sonidos también. Es una fusión de sonidos entre motos, reggaeton, piano y la voz perfecta de Rosalía. Es un canto al empoderamiento y al hacer verdaderamente lo que quiere, sabiendo que no es lo que su público esperaba en un primerísimo momento. Texto por Isabel Jiménez.
